Muy bueno el resumen que hace Fernando en su blog sobre el disco "Desde que no nos vemos" y los comentarios al libro de Miguel Ángel Barqueño sobre la biografía de Enrique encontrándose con el lado más oscuro y personal del que a su grupo propio llamó "Los Problemas".
Enrique además de poeta, además de cantante, además de genio, era humano, muy humano, una persona en esencia buena, pero de personalidad ciclotímica, tendente a la depresión de la que huía en el refugio de bares solitarios llenos de gente, de drogas saciantes de tristeza y de alcohol bañado en llanto. Puras bajadas al infierno destrozando su parte más humana para convertir lo malo de esos momentos en belleza en forma de canciones, canciones que consiguen sacar a todos aquellos que las oyen sentimientos puros, nostalgia, tristeza, alegría, desamor, amor, perdón, ternura,… que se pegan a nuestra piel y erizan nuestro vello recordando traumas no superados, miedos que regresan, esquemas repetidos, fotos vivas del pasado o el recuerdo de esa persona que ya no está en nuestra vida, pero yo "como un niño" -que él diría- separo esa parte humana que le da sentido a sus letras, separo el dolor de la droga y el alcohol que rezuman sus versos y me quedo con lo que cuenta, con lo que me dicen, con lo que en realidad son: lo que siento.
Enrique Urquijo escribía como los poetas malditos, en los malos momentos, y cantaba como los grandes artistas, desde dentro, hoy tendría 50 años, y se marchó con 39, con un legado a sus espaldas de canciones que cuentan lo que sentía y lo que vivía un hombre bueno que a veces habitaba en el infierno. No era un personaje de este siglo y por eso se quedó a sus puertas dejándonos en 1999, era más del XX o del XIX, hubiera coqueteado e intimado mejor con poetas como Rimbaud, que le hubiera llevado a su destrucción, o como Baudelaire, Juan Ramón Jiménez, Béquer, Dante o Antonio Vega, que sacaron lo mejor desde su parte más oscura.
Hay gente a la que le gusta que las canciones y la música sean alegres y transmitan alegría, que les diviertan, a mi también, pero muchas veces me gusta que las canciones y sus letras me rompan el alma y busquen entre mis entrañas, avivando fuegos viejos, problemas superados o miedos nuevos, me gusta que como puñales atreviesen mis pensamientos y urgen entre mis sentimientos sacando aquellas palabras en forma de versos que aquel día no fui capaz de decir, y como el decía, si yo soy triste cómo es Leonard Cohen. Enrique Urquijo era un gran poeta pero un mejor intérprete, según decía el mismo su nueva etapa -que no llegó a disfrutar- la quería dedicar a ser el cantante de grandes canciones pero a su manera, sabía que escribir implicaba bucear con su amiga la mala suerte, y cuando tomaba la canción de alguien la hacía única y nueva, las cantinas de excesos y borracheras de tequila de Alfredo Jiménez o Chavela Vargas, se convertían en boca de Enrique en las noches frías y oscuras en las que un camión se lleva la vida de un amigo o en la tristeza añeja del Honky escribiendo versos sobre servilletas de papel que limpian mesas.
Gracias por existir Enrique, gracias por poner palabras a mis sentimientos, por recrear mis pensamientos con música, gracias por darme alegría en tus canciones tristes, gracias por hacernos vivir a todos tu amor y el dolor de la ruptura con Eloísa, tu adiós a la madre de tu hija, el perdón a Pía por su ausencia y el abrazo sentido a tu hija María. Gracias Enrique por ser un artista y además un gran ser humano. Os dejo con algún documental y algunas de sus grandes canciones para mi, la mejor "Pero a tu lado" y me gusta mucho, como géminis que soy aunque la letra es de Enrique la canta su hermano Álvaro, "Soy como dos", también os dejo la última vez que se subió Enrique a un escenario que fue junto al grupo aragonés Ixo Rai, y alguna que otra canción ya que os pondría enlaces a todas sus canciones.
¡Hola David! Lo primero agradecerte la cita y tus palabras referentes a mi post. Y lo segundo darte la enhorabuena por el pedazo de artículo que has hecho. ¡Me ha encantado! ¡Es fantástico! ¡Y los vídeos son geniales!
ResponderEliminarA mi también me gustó mucho el libro. Me permitió conocer la faceta más humana de Enrique Urquijo y me lo hizo más cercano. La historia de Eloísa me puso los pelos de punta.
Un día te contaré una historia de una fiesta y una guitarra en la soledad de mi cuarto cuando tenía 18 años. Aquel día la vi... y aunque no lo sentí luego, apenas pude dormir...
Un abrazo
Lo primero gracias a ti por darme la justificación para escribir sobre Enrique. Ardo en deseos de que me cuentes lo de esa fiesta y la guitarra, presiento que es una historia muy bonita.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo