Encima de la foto que le hicieron en la ficha policial de Nueva Gales del Sur de Australia, escribieron Eugenia Falleni, pero horas antes, el había entrado diciendo que se llamaba Harry Leon Crawford. Aquel 5 de julio de 1920 le habían detenido mientras Harry trabajaba en un hotel de Stanmore como limpiador, su vida era aparentemente perfecta, estaba casado con Elizabeth King Allison y nada parecía pronosticar que un día la policía lo iba a detener para asombro de sus jefes y del director del hotel.
Tras ingresar en la comisaría se le acusó de haber asesinado a su anterior mujer, Annie Birkett. Harry agachó la mirada y su cara se quedó compungida y sin alegría. Annie había sido declarada desaparecida por Harry tres años antes, curiosamente al mismo momento en el que Annie le había dicho a un familiar que habia descubierto algo sorprendente sobre Harry. Él lo negó todo y pregono a los cuatro vientos y a todos los vecinos que se había fugado con un fontanero.
El hijo de Annie Birkett, de un anterior matrimonio, tras aparecer el cadáver de su madre en 1917 en lugar conocido como Lane Cove, acusó directamente a Harry y la policía inicio sus investigaciones. Las pruebas eran irrefutables, Harry llevó a su mujer a un lugar apartado, lejos del pueblo, el 28 de septiembre de 1917 después de unas ferias, allí le dio una tremenda paliza hasta dejarla inconsciente, después le prendió fuego al cuerpo de Annie y despué´s se deshizo del cuerpo enterrándolo. Mientras la policía le preguntaba a Harry se le venían muchas imágenes a la cabeza y aunque no contestaba a las preguntas se callaba ocultando un gran secreto.
Realmente Harry era Eugenia Falleni, una mujer y no el hombre que ella creía ser. De origen italiano había llegado a Australia a finales del siglo XIX pasando por Nueva Zelanda en 1898. Después de que la policía descubriera su secreto y la acusaran formalmente de asesinato, confesó que llevaba durante 20 años fingiendo ser un hombre, había conseguido así engañar a todo el mundo, y como ya sabía la policía se había casado en dos ocasiones. En la ficha policial consta un apunte en el que su segunda mujer, Elizabeth, cuando se entero de la verdad dijo: "siempre me pregunte por que era tan terriblemente tímido" y que le faltaba un dedo meñique. Eugenia tenía en la foto 45 años.
Después de confesar, antes de que le llevaran a la cárcel de hombres, solicitó a la policía que le llevaran a las celdas de mujeres y que no le dijeran la verdad a su esposa. La verdad es que Eugenia había comenzado a disfrazarse de hombre para conseguir trabajo como marinero, siguió con la fingida fachada de vida masculina, pero entre medio llego a tener hasta un hija, Josephine, que dejo al cuidado de una familia diciendo que su madre había muerto. Su primera mujer, Annie, era una viuda a la que consiguió embaucar con su timidez y poco apetito sexual, se casó con ella en febrero de 1913, y tras descubrirle, la mató sin ningún escrúpulo.
Entre las pertenencias que llevaba al entrar en la cárcel en una vieja maleta, se encontraba un objeto de madera y goma con forma de pene que utilizaba para fingir sus relaciones sexuales y como bulto entre sus pantalones. Se celebro un juicio en octubre de 1920, muy famoso en su época, se le llamó el juicio de "hombre-mujer", el pleito se alargó durante dos días y Eugenia fue condenada a muerte por el delito de asesinato a su primera mujer, le delataron su actitud después del asesinato al dedicarse a beber sólo y vender todos los muebles de la casa, ella lo negó todo siempre. Posteriormente se le conmuto la pena por cadena perpetua por su mala salud con largos periodos en el Hospital Costa y Hospital Gaol y salió finalmente de la cárcel de mujeres de Long Bay en febrero de 1931, con el nombre de Jean Ford, pero en 1938 fue atropellada mortalmente por un coche en Oxford Street. Por suerte, ya no tendría que fingir ni un momento más.
Fotografía tomadas el 5 de julio de 1920, la primera, y la última en 1928.
Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.
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