Después de la mañana playera, llega uno de los mejores momentos del día, el sol ya ha hecho mella en los cuerpos y la sed llama a la puerta de la boca, salir de la playa siempre es costoso, recoger todos los bártulos, agarrarlos como se puede, con las dos manos, con el sobaquillo o con lo que se pueda. Arrastras los pies por la arena en un momento en el que todo pesa, pero por fin cerca, muy cerca se divisa un nuevo paraíso, es el chiringuito de playa.
Ahí está esperándonos, los chiringuitos que casi nunca tienen nombre, y si lo tienen es "Chiringuito" nadie necesita más. Sus sillas aguardan decoloridas por el sol y con algo de arena que el viento caprichoso siempre deja cerca. Arrastramos todas las bolsas y toallas al coche y ocupamos una mesa que tenga las mejores vistas a la playa posibles.
Ya pertrechados con una cerveza bien fría, una Mahou si puede ser, dejas que tu cuerpo se deje vencer a los deseos más primarios, cómo entra el primer sorbo, fresquito y burbujeante, desde ese momento todo parece cambiar, se inicia una nueva etapa del día que pinta muy bien, pues ciertamente la sensación de tomar una cervecita al pie de la playa mirando al mar es algo inmejorable.
A la cerveza le acompañan unos cacahuetes, otro día un pincho de tortilla, y otros después de un par de rondas, alguna sin, que hay que volver a casa a comer. Pero lo que siempre sabemos es que mañana, de nuevo, el chiringuito estará ahí esperándonos.
PD: por la publicidad gratuita a la marca, se admite cualquier aportación en producto. Muy agradecido.
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