027/ El timbre capado: Al principio de los principios era un bonito timbre formado por piezas modulares que se iban incorporando conforme la gente entraba a vivir en la casa. En la parte de arriba la peluquera colocó su cartelito orgulloso de Peluquería. Cuando llegó el del cuarto, los señores Ibáñez compraron un pulsador blanco inmaculado. El del tercero quiso ser menos y lo compró blanco pero pequeñito. El del segundo quería llamar la atención y compró un pulsador negro. Y el del primero pensó que si todos eran hacia fuera, él lo haría hacia dentro y negro por no ser igual a ninguno de sus vecinos.
Ante esta situación vecinal el problema era obvio, en la primera reunión de vecinos decidieron pintar la puerta. El primer presidente, pintó de gris todo, hasta el embellecedor de madera del timbre, y le dio una capa generosa de negro a todos los timbres alegando que era para que no tuvieran óxido. Cuando fue presidente el del segundo se quiso vengar ya que su nombre ni se leía, y dio otra capa generosa de pinturas. Al tocarle la presidencia al del tercero, sin decir nada lo pintó, estaba cabreado ya que su nombre había desaparecido. Cuando les tocó a los Ibáñez las capas y capas de pintura eran evidentes. El resultado, un timbre totalmente capado de pintura.
Vitoria-Gasteiz
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