Ordenando el otro día cosas de un lado para otro, en un sitio en el que no tenía que estar, como pasa casi siempre, me encontré con una carpeta bastante grande repleta de dibujos e ilustraciones de los años 80 y 90, mi alegría fue indescriptible, muchos de ellos los daba ya por perdidos y no podía evitar la emoción mientras los volvía a ver con el paso del tiempo. Entre alguna de las joyas con las que me topé fue este panfleto-flyer que realizamos a finales del 1986 entre Rafael Alarcón, a los textos, y yo a los garabatos del curso de COU-C del Instituto Goya de Zaragoza.
Allí estaban entre nuestros profesores la Sustacha, que era nuestra tutora y que por embarazo nos dejó de sustituta a la Josefina en las clases de Lengua. La "eses" a la que no hace falta decir de donde le venía el mote, fue la sustituta de la Palacios cuando le tuvieron que operar de varices. De la Romeo ya he hablado otras veces, y aquí he vuelto a recordar sus problemas con la vista y su duplicidad de gafas para cerca y lejos que intercambiaba constantemente. Finalmente la Casadevante, profesora de historia contemporánea, con su aspecto tan desaliñado y hablándonos de las revoluciones del XIX y XX como quien hablaba de la merluza del Cantábrico.
La Palacios era otra de las grandes, con sus historia del arte y sus apuntes, todos claros y perfectos con una máquina de escribir de letras cursivas y rectas, a los que acompañaba de carros y carros de diapositivas con aquella máquina que tanto ruido y calor daba. La Monja, esa enorme mujer a la que Rafa le dedicó tan bonita canción y que parece verla con sus manos manchadas de tiza que limpiaba a sacudidas entre sus palmas y su hábito marrón oscuro que parecía no quitarse nunca. Del Pellitero ya he hablado antes, inolvidable que nos dejó para la selectividad tener que estudiar la mitad del temario por nuestra cuenta. Cristina era la pequeña profesora de inglés que tuvimos, poca ilusión le ponía a las clases para ser veraces. Pilar creo que era la profesora de francés y de la que recuerdo su look totamente ochentero.
De los compañeros de clase ha sido todo un reencuentro volver a recordar sus nombres y sus caras, ya que de muchos de ellos casi ni me acordaba, aquellos fuimos el grupo de COU-C en el último año que algunos vivimos en el Instituto Goya, una etapa que acababa y otra nueva totalmente desconocida que empezaba. Os lo dedico a todos con los que pude compartir aquellos años.
Excelente pieza.... yo hice el propio de Agustinos, como deber ser, algún día te lo enseñaré.... me encantan estas cosas, deberían ser patrimonio de la historia del Colegio, de hecho son documentos con un valor y una mala leche maravillosas.... me encantan estas cosas, un abrazo
ResponderEliminarExcelente, excelente…, muchas gracias por tu comprensión, lo cierto es que como documento de locura juvenil no tiene precio. Me encantará ver el tuyo de Agustinos.
ResponderEliminarUn gran abrazo.