El tema era que se veía a todo el mundo con excesiva tranquilidad. Los bomberos pese a salir humo de una de las casas se encontraban apoyados sobre su camión o en el bar de enfrente. Los pesarosos vecinos de la casa siniestrada se apostaban en los balcones con una tranquilidad pasmosa. La respuesta un poco más adelante, un rodaje de película.
Descubierto el secreto y leyendo las cenizas que agoreramente se colgaban en la placa de la calle, nos marchamos en busca de un bar que lo que teníamos era mucha sed y poca curiosidad por saber cual podría ser la película que estaban grabando.
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