Pues si, empieza septiembre y empieza el curro y empieza el cole y empiezan los régimenes, y empiezan las colecciones, y… empieza todo a ser lo mismo. El otro día fuimos a comer a casa de mis padres y quedamos con mi hermano & family, acababan de venir de China -Daniel no, que se había quedado quince días con los abuelos- y por suerte la tercera guerra mundial no había estallado al intentar mi hermano hacer fotografías de toda la muralla china.
Jugamos con el sobri, como me hace sudar el condenado, y Carolina nos contó que el 1 de septiembre empezaba el cole, y me dio por recordar precisamente eso, mi primer día de septiembre en el cole, recuerdo que siempre cuenta mi madre que a mi hermano lo dejó en el colegio de la Purísima, que era también un colegio de sordomudos, y a los dos minutos lo tenía en casa ya que se había fugado. Estos primeros días de septiembre eran días de estrenar la cartera a la espalda, de heredar los libros de mi hermano -que alegría cuando cambiaban uno y me tocaba estrenarlo-, de estrenar lapiceros y rotuladores, que los gastaba al poco tiempo con mis dibujos. También eran días de cuadernos inmaculados y de forrar carpetas y libros con toda la familia en unión, eran días de no soñar en las malditas notas, pero si de empezar a conocer a los nuevos profesores y empezar a ponerles motes, eran días de risas con compañeros y de volver a jugar más de 300 niños en un mismo campo de fútbol de arenilla -destroza rodillas de vaqueros- en aquel colegio de Salesianos. No sé como serán los alumnos del siglo XXI, pero os iré informando. La imagen es de http://cuantoaprendemos.blogspot.com.
Aquí podéis ver la foto real de Daniel, estaba loco con una espada que le había comprado su abuelo Marchelo, es decir, mi padre. De ver tanta gente se puso un poco nervioso y tuvo que ser castigado por unas cuantas veces por su madre. Veremos si de aquí nos sale un Einstein o un Paco Porras, o todo lo queda entre la mitad del camino, veremos como nos sale.
Yo, recuerdo poco de cuando empezaba el curso de pequeña. Lo que sí recuerdo es que mi madre, cuando todavía mis hermanos no iban al colegio me despertaba y rápidamente me llevaba al baño a lavarme, vestirme encima de la tapa del bater y todo casi en silencio y con la puerta cerrada para no despertar a nadie. Eso sí, no se mataba mucho eligiendo el vestuario, siempre el mismo uniforme, es lo que tiene ir a un colegio de monjas
ResponderEliminarPues aunque te hacía madrugar la primera, no es algo que hayas mantenido de mayor si no fuera por el trabajo, ¡cómo te gusta dormir!
ResponderEliminarvaya carita que tiene Danielll...ajjajajaj..........yo si me acuerdo del comienzo del cole pero paso de seguir recordandooo...jajaaj
ResponderEliminar¡Qué lo cuente, qué lo cuente, que lo cuente…! Y a ver si te haces seguidora, que te quiero tener aquí todos los días.
ResponderEliminarSi estoy aqui todos los dias viendo novedades...jajajajajaj
ResponderEliminarYa, pero yo quiero tu fotaca de fan
ResponderEliminarbueno pues como voy pron a zgz me haes una foto y la pones tuuuu...okisss?
ResponderEliminarVenga, sea asín
ResponderEliminarHola David !!
ResponderEliminarSalesianos, que tiempos, esa época marca a todos los niños, nosotros vivimos hasta el golpe de estado en el recreo, decían que había sido un tal Tejero y teníamos un compañero que se apellidaba así, ¡por dos veces! Tejero Tejero.
Me alegro de dar contigo por este mundo blogger.
Un abrazo, José Antonio Moreno.
Qué bueno José Antonio, cuando has dicho lo de Tejero me he acordado como si fuera hoy mismo. El otro día buscando fotos encontré una en la que estamos todos con nuestras fotos de carné en octavo, ¡qué tiempos!. La colgaré pronto y me dices que te parece, me encantaría ahora que la tecnología nos lo permite intentar poder charlar con todos los compañeros que podamos.
ResponderEliminarUn fuerto abrazo para ti.