Se acabó angosto

Después de volver y con una semana intensa preparando el concurso del Jamón de Teruel, a ver si tenemos suerte, ni me he dado cuenta pero ya se nos ha acabado agosto y hemos empezado septiembre con el horario partido. Para celebrar el fin del horario de verano y el cumpleaños de Raúl quedamos a tomar esas últimas jarras bien frías de cerveza del verano.

Así que puntualmente, tuve una suerte aparcando increíble, quedamos Ana y yo con Raúl y Natalia en el Entalto, allí cayeron unas cuantas jarritas y de ahí nos fuimos a tapear a un sitio de esos que sólo Raúl conoce, el sitio se llama El Ángel del Pincho y está en la calle Jordán de Urries, es un sitio pequeñito regentado por argentinos con unas empanadillas picantes de las que tuvimos que dar cuenta debidamente Raúl y yo.

También probamos el pajarito de la huerta, que no es más que cebolla tierna rebozada en tempura y con una salsa de tomate por encima, deliciosa también. El dedito a ver si adivinan de quién es.

También probamos la carne y los ñoquis, pero comparados con las empanadillas y la tempura de cebolla no hay nivel, eso si, no quedó nada de nada en los platos. El Ángel del Pincho un sitio realmente recomendable para ir de tapeo por Zaragoza town. Ché que bueno.

Así quedo el billete de 50 euros tras intentar pagar la segunda ronda, Raúl no quiso y lo estrujó, pisoteó, machacó,… menos mal que al final lo devolvió. De ahí nos fuimos a tomar unas cervecitas al Zorro en el Centro Independencia, lo han pintado -casi ni te das cuenta- y el buen ambiente de siempre, pipas, cervezas con poca fuerza, los doctores en medicina, buena gente y mejor música. Fuimos buenos y nos fuimos pronto, aunque al día siguiente se hizo duro levantarse.