viernes, 17 de septiembre de 2010

Vampus de mi vida



Muchas veces me pregunto y me preguntan por qué muchos de mis dibujos son monstruos, vampiros o zombies, creía que no era más que un gusto o una tendencia, pero tirando de mi infancia y de mi pasado, y más concretamente hace tiempo, paseando un día por el rastro de Zaragoza, junto a la plaza de toros, recordé cual era la causa. Allí sobre una manta sucia y junto a interruptores rotos y hierros oxidados a la venta (con más garantía que en el Corte Inglés), había un manojo de cómics -o tebeos que dirían mis padres- y el primero era la portada de este Vampus que os muestro en la foto, a mi mente comenzaron a llegar recuerdos conocidos, y recordé que éste cómic marco el salto a la "revista para adultos" que pone en la portada, y por supuesto lo compré. Si queréis ver mejor las imágenes podéis hacer doble click sobre ellas.


Es el Vampus número ocho y es el primer cómic "serio" que veían mis ojos de niño todavía, no recuerdo si lo compramos en Logroño en una tienda que había cerca de la plaza del Espolón y junto al mercado que vendían un montón de cómics baratos, muchos de ellos de ediciones viejas, la de veces que hemos ido mi hermano y yo a esa tienda, te daban un montón de tebeos y tu los mirabas para ver con cual te quedabas o que números nos faltaban, los precios eran muy baratos pero la paga del domingo tampoco era muy generosa que digamos, así nos hicimos con El guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín, Purk el hombre de piedra y otros cómics que leíamos y releíamos juntos, mi hermano y yo. Tal vez este Vampus lo compramos allí o nos lo regaló mi primo Miguel Ángel, la verdad que no lo recuerdo bien, pero lo que si recuerdo es lo que me marcó, pasaba de un estilo de dibujo "sencillo" y políticamente correcto, de los tebeos que he mencionado antes, a descubrir un dibujo mucho más elaborado y con buenas historias. Desde aquel día los otros tebeos me parecieron infantiles y no los pude volver a ver con el mismo cariño, me parecían de calidad inferior.


Aquí os pongo algunas viñetas de las que más me gustaban de este cómic. Podría haber llegado a mis manos antes los de la Marvel y superhéroes, pero Vampus se adelantó (en vez de zombies habría acabado dibujando machotes en pijama y repletos de músculos), no se cuantas veces pude leer y memorizar las viñetas de este cómic, las repasaba una a una fijándome en las líneas, las cejas salientes y los ojos hundidos, las dentaduras con colmillos, la marca que dejan las gotas de sangre, las sombras para dar oscuridad,… todo se grabó en mis retinas de una forma inimaginable, y es lo primero que recordé cuando al comprar el Vampus en el rastro y abrir sus primeras páginas, sus viñetas resurgieron de una forma vívida impresionante, las conocía a la perfección y era un detalle que mi mente había aislado del recuerdo espontáneo y lo había dejado en el descanso del subconsciente.


Las páginas de aquel cómic cobraron vida en mi imaginación de niño y las historias tenían sonido y voces, y mi mente se inventaba las viñetas que faltaban entre un cuadro y otro. Leía hasta la más pequeña nota y me fijaba hasta en los más pequeños detalles de las ilustraciones, nada pasaba desapercibido para aquellos ojos todavía sin ojeras. Me encantaba ese poster gigante de Frankenstein que vendían, lo que habría dado por tenerlo en mi cuarto, pero ni se me ocurrió pedírselo a mi madre, sabía la contestación, que diferencia con los niños tan consentidos de hoy en día.


Una de las historias que más me gustaban era Viaje de Regreso, con guión de Arthur Porges y dibujos de Joe Orlando que narra la típica historia de hombre que regresa de la tumba para buscar a su querida esposa y descubre que fue envenenado por su mejor amigo que le engañaba con su mujer. Suponía mi primer encuentro con los zombies o muertos vivientes, y recuerdo que esas dos imágenes de las manos saliendo de la tumba eran las primeras imágenes que me venían cada noche antes de dormir.


"El portador de la serpiente" fue la historia que más me marcó, con guión de Casey Brennaw y dibujos de Jerry Gradetti, son magníficos el lenguaje gráfico aplicado a la historia con los textos serpenteando por las viñetas, la voz de la serpiente sobre un bocadillo negro en lugar de blanco y un dibujo ágil y fresco, no perfeccionista, pero muy acorde a la historia.


La historia está basada en Ofiuco o Ophiuchus (el portador de la serpiente), que es una de las constelaciones descritas por Ptolomeo entre sus 48 constelaciones escrituradas, está considerado como el decimotercero de los signos zodiacales que junto con el de la ballena optan por incorporarse a los signos actuales. La historia del cómic es distinta aunque se basa en la serpiente como compañera de viaje, se trata de Thogar, un hombre de la edad antigua (prehistórica pero que hablan y tienen por montura a dinosaurios) que realiza un viaje en busca de su amada que ha sido raptada y para ello tiene que pasar por el reino de Agarra-zin, lleno de bandidos y monstruos, tras preguntar por el camino a unos hombres, éstos lanzan sobre él y le propinan una paliza robándole todo, en ese momento aparece una serpiente y le ofrece ayuda si la lleva sobre sus hombros. Mientras se realiza el camino le van pasando aventuras y la serpiente lo va transformando poco a poco, lo hace más malvado, lo convierte en un mal pensado y traicionero, y va sembrando el terror y la muerte a su paso sin ser apenas consciente, hasta que el hombre sin darse cuenta se ha convertido en un hombre-serpiente y no entiende por qué cuando la gente le ve se asustan, al final encuentra a su amada y ésta al verlo se asusta y chilla horrorizada, Thogar la mata y continúa su viaje con la serpiente. Recuerdo que de pequeño me producía escalofríos, que chorrada contado ahora ¿verdad?


La verdadera historia de Ofiuco, según cuenta la mitología griega es Asclepio (el benévolo), Esculapio para los romanos, era el hijo de Apolo y de la mortal Corónide y padre de las diosas Panacea, la que puede curarlo todo e Higea, portadora de la salud. Antes de convertirse en dios fue un héroe en Tesalía y aparece citado en la Ilíada de Homero. Cuenta la leyenda, que Apolo encomendó la educación de Asclepio al centauro Quirón, sabio y de carácter dulce, conocedor de la medicina de las plantas y el que le enseñó la medicina. Asclepio no se contentó con sanar a los vivos, y trató de resucitar a los muertos mediante prácticas mágicas prohibidas, lo que provocó la ira de Zeus que destruyó con un rayo pero decidió darle un lugar en el cielo. En venganza, Apolo mató a los cíclopes, que eran los artífices de los rayos de Zeus. Desde entonces Asclepio fue convertido en constelación y se convirtió en el portador de la serpiente, que en muchos casos se representa enrollada sobre un bastón (os suena algo en medicina, pues ahora ya sabéis de donde viene). En el sentido mitológico caminar con la serpiente es síntoma de sabiduría.


"Una fría belleza" es uno de las historias que está dibujada y guionizada por Richard Corben, en ese momento no sabía quien era, para luego pasar a ser uno de mis maestros del dibujo junto con Berni Wrightson o Will Eisner. Me encantó el estilo del dibujo y como sin ser un dibujo realista y en algunos momentos rozando la caricatura, no hacía perder credibilidad a la historia. El argumento es el típico de una princesa horrorosa, pero fea un rato, tipo Carmen de Mairena, de un reino gótico-barroco de los de Corben que le obliga al mago del reino a que haga un embrujo para hacerla bella, el mago le dice que la magia exige un ritual humano de la mujer más bella del reino y que debe hacerle el embrujo en una zona helada, ya que mientras aguante el cuerpo de ella, la princesa será bella. Se trasladan a las montañas y allí efectivamente tras el sortilegio la princesa se vuelve bella y hermosa, pero para que nadie sepa su secreto encierra vivo al mago en la cueva con la joven hechizada. La princesa vuelve a la corte y durante un tiempo es la mujer más feliz del reino, pero en una fiesta empieza a salírsele trozos de carne y a estallarle la cara, mientras se ve en la última viñeta como el mago que ha empezado a tener hambre se está comiendo a la joven que habían dejado hechizada en la cueva. ¿A qué se os ha quedado el cuerpo como se me quedó a mi de pequeño?


Y por rescatar otra de las historias que me marcaron por su punto cómico me quedo con la de "clientes pertinaces", guión de Michael Rosen y dibujos de Tom Sutton, que cuenta como la mafia extorsiona a las tiendas de un barrio y el único sitio donde no le quieren pagar es una carnicería, los gangsters le advierten que volverán y que como no tenga el dinero lo matarán ya que no pueden dejar que nadie en el barrio no les pague. Los gangsters van a la tienda pero no vuelven. A los pocos días va el jefe gangster en persona, y el carnicero se niega a pagarles, los gangsters abren fuego sobre él acribillándole, pero cual es su sorpresa al ver que no se ha muerto y sólo quedan los agujeros de bala en su cuerpo, entonces el carnicero-zombie con su hacha da buena cuenta de los asesinos que es entonces cuando entienden de qué es la carne que se vende en la carnicería. Si hacéis doble click sobre las imágenes las veréis más grandes y aunque son páginas sueltas entenderéis mejor lo que os cuento. Espero que ahora comprendáis mejor mis dibujos, mis zombies y mis monstruos, sobre todo se lo dedico a la chica "mítica".

2 comentarios:

  1. Impresionante!!! Me has dejado anonadada, qué historias para la mente y visión de un niño!!
    Yo nunca tuve en mis manos esos comics, por lo menos de pequeña, los conocí cuando te conocí a ti (valga la redundancia).
    Yo leía a Mortadelo y Filemón, Zipi Zape y ya de más mayor a Ester, ya ves qué diferencia.

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  2. La verdad que estas cosas vistas en un momento correcto te abren más la mente y te obligan a evolucionar y fijarte más en las cosas. Dime que lees o que miras y te diré cómo eres.

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