Feliz cumpleaños, princesa

Soñaba la princesa de risa dulce con volar sobre sus zapatos de tacón, con comerse las nubes a bocados y reírse de las sombras que hacen los sueños que empiezan todas las noches y terminan por la mañana. Soñaba la princesa con celebrar su cumpleaños, con soplar las velas y abrir los regalos, en esa edad en las que las tartas se cuentan con los dedos de las manos, y un año más es un recuerdo menos.

Soñaba la princesa con muñecas y diarios de las Monster High, con vestirlas y ponerse sus altas botas de tacón, con sus ojos grandes y sus brillantes melenas. Soñaba mientras educaba su mundo con frases de niña que rompen el corazón de un mal llamado adulto, le guiñaba un ojo a las sonrisas mientras sacaba la lengua como un imprescindible juglar que siempre alegra el día.

Soñaba mi princesa con hacerle la burla al mundo, con perseguir a sus primas en un acoso y derribo cargado de ternura y amor. Soñaba con soñar y pagando con sonrisas los regalos que pedía su corazón. Soñaba con contarme un cuento, pero yo era muy pequeño para entenderlo, sus personajes volaban como ella, pero siempre a sus órdenes, que para eso era su cuento.

Soñaba mi princesa con viajar lejos sin moverse de casa, con ser mayor a la sombra de hermanos y compañeros de clase. Soñaba con hacer siempre pulseras y collares de infinitos colores, con esconderse en el tiempo y abrazar los sentimientos. Soñaba que flotaba como un globo y que lo veía todo desde arriba, pero bajaba rápido por el miedo a la altura. Soñaba con cumpleaños que duran semanas y regalos que duran todos los días. Soñaba.

Y mientras sueña, cada día se hace un poco más grande, creciendo de vez en vez, pero con una sonrisa permanece íntegra, plena de inocencia. Ella es mi princesa, mi Uxue, la niña de la risa dulce y los ojos de caramelo, mi sobrina, la niña que sueña con cumplir siempre años sin dejar de reír. Sueña mi niña, nunca dejes de soñar. Feliz cumpleaños, princesa.