Marchamos por uno de los laterales de la catedral, altos muros de piedra con enmarcados balcones nos guiaban por un solitario camino que al final se abría en unas escaleras de piedra. Ascendimos hacia las alturas para llegar al final a un conjunto de arcadas desde las que se divisaban con amplitud parte de Jaén y una de las torres de la catedral, la que se encuentra desnuda de campanas.
Desde este lateral la iglesia se mostraba con sus líneas renacentistas y mucho más austera que la fachada barroca. Sus paredes limpias reflejaban la luz del sol con fuerza y luminosidad.
A la izquierda se veían parte de los tejados de Jaén, y a sus pies se abrían calles pequeñas de accidentados caminos. Al fondo la sierra con sus montañas, apuntaba el verde entre el cielo.
Justo en frente teníamos la exposición Splendor Europae, Arte Europeo en la Diócesis de Jaén, que estaba en la Sala de Exposiciones Deán Martínez de Mazas hasta el próximo 11 de junio de 2012. En las salas dominaba la piedra de gruesos muros sobre suelos rojizos, todo en un ambiente silencioso y con cuadros mal iluminados en los que los focos proyectan directamente sobre la pintura. En toda la exposición fuimos recorriendo diferentes salas como la de Andrés de Vandelvira, Juan de Aranda Salazar, Eufrasio López de Rojas y Fray Diego José de Cádiz en la que se ilustran tres conceptos: España y el Mediterráneo, Modelos y referencias, y España y los países del norte. Muy pronto nos topamos con el cuadro que ilustra la exposición de el Greco y con otras obras que llamaron mi curiosidad:
La oración en el huerto. El Greco. Entre 1597 y 1607.
Óleo sobre lienzo. 169x112 cm. Iglesia de Santa María la Mayor de Andújar.
Excelente cuadro del Greco, en el que destaca una escena partida en dos partes, en la superior Cristo con el ángel, la luz y la oscuridad sobre un peñasco, con un Jesús reverente plagado de composiciones triangulares. En un primer plano se encuentran los apóstoles Pedro, Juan y Santiago que se encuentran en escorzo descansando y dando profundidad al cuadro. Al fondo Judas aparece en escena mostrando la traición. Todo el cuadro en tonos pardos y verdes, destacando la túnica morada-cárdena de Jesús en el centro. Equilibrio y ruptura entre telas que se pliegan a los cuerpos en composiciones armónicas.
La oración en el huerto. El Greco. 1590.
Óleo sobre lienzo. 104x117 cm. Museo de Arte de Toledo.
Esta obra no estaba en la exposición, pero la coloco para ver como en este caso el Greco utiliza los mismos elementos pero en composición apaisada, el ángel en idéntica posición, cristo y los apóstoles, también en idéntica pose. En esta composición se trabaja peor la profundidad aunque se genera una composición en X de bella factura.
Esta obra no estaba en la exposición, pero la coloco para ver como en este caso el Greco utiliza los mismos elementos pero en composición apaisada, el ángel en idéntica posición, cristo y los apóstoles, también en idéntica pose. En esta composición se trabaja peor la profundidad aunque se genera una composición en X de bella factura.
Crucifijo-relicario de Don Marcelo de la Peña. Anónimo italiano. Anterior a 1637.
Bronce dorado, ébano y óleo sobre cobre. 166x50x19 cm. Catedral de Jaén.
Fue regalada al templo de Jaén por el canónigo don Marcelo de la Peña en 1637. Destaca por su solemnidad y por los diminutos óleos que hay sobre el relicario, todo un ejercicio de miniaturismo. Al fondo en algunas cristaleras se podían apreciar vistas de la solemene catedral por dentro.
Inmaculada. Giuseppe Cesari, Caballero de Arpino. Hacia 1600-1626
Óleo sobre lienzo. 213,5x141,5 cm (sin marco). Iglesia parroquial de Santa María la Mayor, Andujar (Jaén).
En este cuadro, con algún angelote de cara rara, destaca la simétrica composición de la virgen inmaculada, que sobre la media luna y un paisaje de época, resalta entre el claroscuro de su capa y la luminosidad de su faz y vestido.
Virgen de la luz. Mathias de Mare. 1763
Óleo sobre lienzo. 210x170 cm. Iglesia parroquial de la Asunción, Jódar (Jaén).
En este cuadro me destaca la tranquilidad de la escena, por un lado la serenidad de la virgen sosteniendo al niño, y por otro en su mano derecha con un tridente que clava sobre un demonio en el infierno.
En este cuadro me destaca la tranquilidad de la escena, por un lado la serenidad de la virgen sosteniendo al niño, y por otro en su mano derecha con un tridente que clava sobre un demonio en el infierno.
En este otro cuadro podemos ver el momento de la lanzada, tensión contenida sobre diagonales que contrastan por la serenidad del cristo crucificado y el caballo, al fondo una ciudad tenebrosa que anuncia lo que va a suceder.
Sagrada Familia (Alegoría del silencio). Copia de Lavinia Fontana. 1589.
Óleo sobre lienzo. 142x110 cm. Catedral de Jaén.
La obra original la realizó Laviana Fontana (Bolonia 1552 - Roma 1614) para la colección de Felipe II, por encargo del cardenal Francisco Pacheco en 1587, cuando el artista estaba en Roma. Curioso cuerpo de niño y sutil baile de manos que concluyen con un gesto de silencio que impregna todo el cuadro.
Me gustó este descendimiento con la Piedad escoltada por ángeles en disposición triangular, con un cristo radiante de luz sobre el alto relieve.
Relicario de Santa Cecilia:
Las últimas investigaciones la centran en los talleres de la ciudad alemana de Augsburgo hacia 1645. Esta obra fue un regalo del que fuera obispo de la diócesis de Jaén don Agustín Rubín de Ceballos (1780-1793), que lo adquirió en Madrid donde residía desde que fuera nombrado inquisidor general. En 1791 era enviado a la Catedral escoltado y guiado por el cosario Paredes.
Sorprende este relicario como si fuera una casa de muñecas, en la parte inferior, y en oro, unos músicos tocan sus instrumentos.
Tríptico de la adoración de los Magos. Anónimo flamenco. Taller de Amberes. Hacia 1520.
Óleo sobre tabla 100 x 71 cm. (central), 90 x 36 cm (laterales). Iglesia Parroquial de San Pablo, Baeza, Jaén.
Precioso tríptico repleto de escenas y cuidados personajes en el que se muestran diferentes escenas de la adoración en ambiente de época.
En esta escena de la adoración de los reyes magos destaca por su opulencia y riqueza con unos personajes y tocados claramente definidos y trabajados, no falta ningún detalle.
Seguimos repasando la exposición sin perder detalle de ninguna de las obras, y después de un buen rato disfrutando de obras originales y copias de alta calidad, volvimos a descender para ver el Museo de la Catedral de Jaén.
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