Cuando miras hacia atrás te das cuenta que todo se compone de trozos de vida, trozos de tiempo que nos toca vivir en unos sitios, con unas gentes que algunas veces van y vienen, y otras simplemente se quedan en el van. A mis amigas de Gasteiz siempre las llevaré conmigo por eso trozo de vida que me tocó compartir durante muchos fines de semana con ellas por los resbaladizas calles y cantones de una ciudad que por un tiempo acogió mi necesidad de amor.
Después de aquellos años 90 maravillosos, de fiestas, bares, confidencias, rupturas e historias de amor, la distancia no nos hizo coincidir tanto como quisiéramos, aunque siempre guardábamos un momento para poder vernos. Ahora hace ya casi un año de esta foto en la que buscamos un hueco entre comidas familiares y nos juntamos al sabor de un pincho y al refresco de un zurito. Por desgracia no son asíduas a las redes sociales y como a los buenos amigos, aprecian más un abrazo que un mensaje en facebook.
Todos habíamos cambiado pero las sonrisas y la esencia de cada una de ellas eran las mismas. Recuperé hace poco un regalo que les hice hace mucho, en aquellos primeros años de los noventa. Un dibujo donde juntaba a todas ellas, las amigas de Ana, que me admitieron como único chico en su cuadrilla. Ahí dejé grabado un trozo de tiempo, algunas de ellas duraron poco en la cuadrilla y luego se unieron otras, pero el corazón del grupo seguía siendo el mismo.
Nuria destacaba por sus helados y sonrojados mofletes, su gabardina y su siempre llegar tarde. Ana era mi chica, con su pelo rizado, su moreno bronceado de verano, el gusto por beber txikis de champán y aquellas ropas que se compraba cuando venía a verme a Zaragoza. De la tercera he olvidado su nombre, tuvo un paso fugaz en la cuadrilla, sólo recuerdo que le encantaba el pollo con patatas. Inma era una de las grandes, junto con Bego, To y nosotros formábamos el grupo al que nos gustaban un tipo de bares y al resto otros, éramos de música más cañera y bares oscuros, por suerte, con ella las distancias han sido más cortas y mantenemos la amistad durante todos estos años.
Bego era otra de las grandes, un auténtico juguete de sonrisa eterna, de pelo largo y corto, casi siempre de negro y dispuesta para todo. To es algo muy grande, de nacimiento la llamaron Antonia y ella se decidió a acortar el nombre, yo la conocí como Toñi, hasta que un día lluvioso, llegó y nos dijo que la llamáramos To, así era ella, siempre friolera, amante de las causas justas y una buena compañera en la soledad de una estación de autobús. Laura, la más alta es un encanto, activa y espigada, de ojos brillantes y cariño en las palabras, sus becas la llevaron desde su Añastro a Galicia, y entre olas y tormentas se quedó allí. Elena, nos dejó muy pronto, una enfermedad se la llevó por delante sin dejar que acabara ninguno de sus sueños, pero nunca le arrebató ni su eterna sonrisa, ni sus pecas preciosas. A Ana, tampoco la tuvimos mucho tiempo con nosotros.
Maite era la alegría de la huerta y la hermana de Marijose, cuando la conocí cambiaba de amores y duró poco en la cuadrilla para pasar mucho más tiempo por Bilbao. Marijose, era la encargada del reparto del bote y su control, una auténtica especialista de la matemática aplicada a la noche nocturna, era la líder del otro grupo de gustos musicales, mucho más tranquilos que los nuestros y de bares menos ruidosos y con más luz. Marian o Maria Ángeles, una sonrisa imprescindible, de sarcástico humor y de gabardina también blanca para la que el tiempo parece que nunca pasa.
Por suerte, ahora que se acercan estas fechas, espero volver a verlas y aunque ya nada es lo mismo, en el fondo de nuestros corazones todos sabemos que compartimos un trozo de vida precioso.
Que bonitos recuerdos eh? no hay nada como recordar aquellas cosas que nos marcaron y que pasaron por nuestra vida por suerte.
ResponderEliminarAlgun dia te pedire que hagas una caricatura de "la familia telerin" para que nos tengas siempre cerca. A ver si hay suerte y estas navidades (que por primera vez en mucho tiempo pasaremos en vitoria) nos vemos. Un besazo enorme amigos de zaragoza.
Seguro que nos vemos estas navidades y con un poco más de tranquilidad, no como estas últimas veces. Un besazo enorme amigos de Gasteiz.
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