Las calles se llenan de luces, navidades teñidas de crisis con deseos que se desvanecen mirando un escaparate. Todo brilla y la gente aspira buenas intenciones acompañada de familia y apegados con niños que corretean de lado a lado. Cuéntame un cuento dice una niña en la puerta de los sueños, —"Feliz Navidad"— le contestan.
Mientras medio mundo sueña con regalos de hombres gordos y canosos vestidos de rojo, el otro medio sueña con poder seguir soñando. Mañana muchos recuperarán sus caras amargadas y escribirán Feliz Navidad al final de sus e-mails como quien pone un emoticono más. Mientras las calles siguen con lucecitas que se apagan y encienden en colores chillones, sólo pienso en que más que decir palabras lo mejor sería practicarlas.
Queridos amigos sólo quiero desearos ser felices hoy y mañana, y mañana, y mañana…
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