Meteduras de rueda

El pasado verano mi prima Sandra me mandaba una foto con un problema que le había pasado con el coche, acto seguido, mi primo Hugo me mandaba una foto con otra metedura de rueda de primera, acto seguido, me propuse hacer una recopilación de grandes hazañas con ruedas y vehículos,

Aquí podéis ver el coche de mi prima, a la salida de casa la rueda pisó la boca de la alcantarilla, con tan mala suerte que saltó y la rueda se quedó allí clavada, ciertamente, una mala forma de empezar la mañana, pero una risa para cualquiera que la viera allí esperando a la grúa.

Acto después de ver esa foto, mi primo nos envió esta otra, uno se queda mirando y lo único que puede hacer es pensar cómo se puede llegar a esta situación y a la única conclusión que se llega es que ni adrede se puede conseguir algo así.

Después de esas fotos cuando te pones a buscar encuentras cosas verdaderamente asombrosas, como por ejemplo estos coches que han ido directamente a la basura.

Estos otros dos se toparon en sus caminos con algún árbol que se lanzaba directamente hacia ellos.

Este otro conductor quiso tomar el metro para llegar antes a los sitios, pero tal vez no lo hizo de la forma más correcta, es lo que tiene ir con prisas.

Esta furgoneta no se dio cuenta que aparcar donde pasa el tranvía no suele ser una buena solución, aunque siempre queda la esperanza de que el abollado sea el tranvía, lamentablemente no hubo suerte.

En este caso el conductor quiso llegar al centro de la tierra de la forma más rápida posible, lo vio todo negro y no consiguió su objetivo, y lo que es peor, no podía meter la marcha atrás.

Y si pierdes el tren no lo intentes coger de cualquier manera, puede que no necesites billete, pero con un empujón no es suficiente para llegar al destino.

Y si uno lo que siempre ha soñado es con tener un barco no creo que esta sea la mejor forma de conseguirlo, aunque el coche parezca que flota.

A otros conductores les da por demostrar que lo que les gusta es el equilibrio y ciertamente hay que ser muy atrevido y muy valiente para conseguir lo que estos han conseguido, luego dirán que unos coches no están por encima de otros.

Hay otros que no entienden muy bien lo que significa pasar un cruce de barreras y lo que hacen es atravesarlo longitudinalmente, como para no quedarse clavado cuando pasa el tren.

Aquí podéis ver otros dos casos de gente que no quiere perderse su viaje en barco y se convierten en auténticos polizones.

Hay otros que se toman la marcha atrás muy en serio y lo único que quieren es montarse a quien sea, eso sí, por detrás.

Una cosa es evitar un obstáculo y otra clavarse en él, ciertamente difícil acertar con tal exactitud en el centro, pero como vemos se puede conseguir.

Alguien dijo que esta casa no tenía garaje, hay gente que no quiere ver lo que tiene delante.

Otros coches, nadie sabe como, pero deciden irse de compras a un centro comercial, y por no pagar el parking algunos son capaces de cualquier cosa.

Cuando la pobreza entra por la puerta el coche sale por la ventana. Lo mejor, no preguntarse como se ha podido llegar a esa situación

Para los que pensaban que a los coches no les gusta ir a la playa y tomar el sol.

Quién dijo que las bicis eran el sexo débil, a las pruebas me remito.

Los conductores de autobuses tampoco se quedan atrás, para ellos subir o bajar no tiene secretos.

Aparcar es más fácil de lo que parece, tan sólo hay que buscar donde está el hueco y meter allí el coche.

Hay otros conductores que no tienen muy claro los espacios, se perdieron las clases de Coco en Barrio Sésamo y eso en algunas circunstancias se paga muy caro, luego no puedes bajar a ayudar y te lo tienen que hacer todo.

Para otras tener un accidente no es incompatible con estar despeinada, lo primero es lo primero.

Otros coches tienen complejo de perro y siempre van buscando cualquier esquina para depositar su aceite sobrante.

Y como podéis ver no se escapa nadie de tener meteduras de ruedas.

Aunque para otros no hace falta eso de tener cuatro ruedas para tener un coche, aunque tenga más no pasa nada.

Y es que las ruedas siempre están para ayudarte y siempre te hacen un hueco para que disfrutemos de una buena siesta.

Y para acabar, ante todo, sinceridad al volante.