El 29 de julio se acercó a vernos la máxima responsable de Etón en Zaragoza, Raquel se animó ella solita en coche hasta Llanes y pese a tener que soportar un atasco fino en Santander llegó como una campeona. Por la mañana quedamos con su hermana & family en Llanes, ellos venían desde Gijón y el día por desgracia no nos salió de playa.
Primero nos fuimos a tomar "una Mahou si puede ser" a la playa de Toró y luego nos fuimos a dar una vuelta por Llanes. Pudimos comprobar que la crisis también había llegado a la localidad como podéis ver por los carteles de la zapatería de la plaza principal.
Nos quedamos con las ganas de preguntar y negociar pero hay que reconocer que los modelos que tenían eran de la temporada 1975-76 o similar.
Siempre sorprenden las buganvillas de la basílica de Llanes, Ana se quedó tan enamorada que no paró hasta que otro día fuimos a la tienda de jardinería de Nueva para ver si lo podíamos poner en casa pero gracias a la memoria de la dependienta -gracias por no sablearnos- nos recordó que habíamos llevado madreselvas y que se acabarían comiendo a la buganvilla.
Paseamos por sus calles con las sobrinas fotógrafas compitiendo por ver quien hacía la mejor fotografía y estoy seguro que me ganaron y que luego sus padres tendrían que borrar unas cuantas fotos. La verdad que mires donde mires siempre descubres rincones nuevos.
Fuimos hacia el puerto que está en obras y lo tienen todo levantado, veremos como queda al final. Están aprovechando hasta el final el juego de los cubos del puerto, ¿qué creéis que está torcido, la foto, el fotógrafo, la caseta, el cielo o la página web?
No os perdáis la mujer que estaba tirada sobre la roca por unos momentos pensé que era un asesinato o una postura impúdica, me quedé con ganas de chillarle y despertarla, pero me arrepentí en el último momento.
Cualquier día me da por empezar a pintar estos cubos, me parece que a Ibarrola le va a costar un poquito más.
Mientras estábamos en el puerto llegó un barco pesquero y traían un pescado con una pinta increible y una langosta que era igual de grande que mi brazo, con eso os lo digo todo.
El Corte Inglés de Llanes en versión black y una pareja de novios que tienen diferentes puntos de vista. Después nos fuimos a comer a Casa Canene donde nos dieron unas fabes con almejas y una fabada como siempre -y en fuente a pesar de ser verano-, Ana que ya está hecha una listilla se pidió dos primeros y así se comió también unas navajas -¿qué cara se te ha quedado Sandra?, así que os podéis imaginar como salimos recreando la famosa escena del hombre fabe o fabeman.
Aunque lo tenía difícil para competir con la cena que se comieron Raquel y Ana, mejor no preguntéis que cené yo. Dimos buena cuenta de los blancos de Rueda de PradoRey y del cava del humilde comercial. Aquí podéis ver el antes.
Aquí el después. Vaya saque que tienen.
Ahora que soy públicamente de Eton College, me puedo permitir el lujo de decirte que has pasado por alto, convenientemente, que gané esa larga partida de cartas en la que yo era la novata del grupo.
ResponderEliminarOstras, se me había olvidado que no nos ganastes, nos bapuleastes al Continental, yo mantuve el tipo e hice que tu victoria fuera más grande por lo abultado de mi derrota, Ana, como siempre, en medio
ResponderEliminarLo pasamos fenomenal y la noche de los centollos...qué os voy a contar yo de la noche de los centollos con lo que me gustan, madre qué buenos!!!!
ResponderEliminarHay que reconocer que os pegasteis un buen rato limpiándolos pero creo que os mereció la pena. Y yo pobrecito de mí, sniff, sniff
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