Ese día tocaba paella o paela, que diría un chino, y al igual que con la ternera guisada os digo la receta para que podáis triunfar en la mesa, seguir los siguientes pasos:
1. Ir a comprar los ingredientes para la paella, este punto es muy importante, ya que si no es así no se puede hacer la receta.
2. Comprar un kilo de pollo troceado, 2 pimientos verdes y rojos, cebolla y arroz (nosotros lo solemos hacer integral, por que parece que aunque comas más, no engordas tanto)
3. Llegar a casa y descargar la compra explicándole a Ana que esta vez no me han regalado seis cajas de leche.
4. Preparar el caldo de pollo para que esté calentito.
5. Decidir y negociar con Ana cuanto arroz se hecha y en que medida de vaso, yo recomiendo que sigan las instrucciones que ponen en la caja o envase de arroz
6. En la cazuela sobre un chorro de aceite generoso (o de la marca que prefieran) sofreir el pollo hasta que quede tostadito y ayudarse con soja o vinagre de módena, una vez hecho retirar
7. En la cazuela sobre un chorro de aceite menos generoso (o de la marca que prefieran) sofreir las verduras picadas en trozos pequeños, cuando estén pochadas retirar
8. En la cazuela sobre un chorro de aceite generoso (o de la marca que prefieran) sofreir el arroz durante unos minutos removiendo con cuchara de madera
9. Cuando esté bien revuelto, incorporar el pollo y darle varias vueltas (no al pollo, que ya está muerto, al contenido de la cazuela)
10. Cuando esté bien revuelto, incorporar las verduras y repetir la misma operación
11. Añadir el caldo de pollo en las cantidades correspondientes, ¡mierda! se me ha olvidado cuantos vasos eran, chillar pidiendo ayuda para que te recuerden cuantos vasos de arroz habías echado
12. Una vez superada la crisis, sazonar con pimentón y azafrán
13. Probar como está de sal
14. Mantener a fuego fuerte hasta que hierva
15. Cuando esté hirviendo bajar a fuego bajo durante treinta minutos
16. Dejar reposar
17. Comérsela
18. Continuar comiendo los días siguientes ya que te has dado cuenta que te has pasado con la cantidad de arroz, un suplicio que merece la pena sufrir.
¡Ay! ¡Qué harías tú sin tu pinche particular!
ResponderEliminarTambién tienes razón
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