Ribadesella Lacoste

Llegamos a Ribadesella y ya estaba empezando a atardecer, paseamos entre chaletes y parejas de hombres mayores feos con mujeres más jóvenes y más guapas, no había duda estábamos en Ribadesella. Pero mientras la gente paseaba por el paseo marítimo en la playa como si fuera otro espacio y otro tiempo pescadores y surferos se repartían a partes iguales la tranquilidad del mar Cantábrico.

¿Hay una imagen que pueda expresar mejor la paz y la tranquilidad?

Y a los que os gusta el surf ¿qué os parece esta imagen? El atardecer en Ribadesella es realmente bonito.

Ribadesella es un pueblo de altos contrastes, mientras la gente pasea con ropa de marca y polos de Lacoste un duende hippie sin nada de marca pasea arriba y abajo con un monopatín de una niña pija, mientras las mansiones y chalets impresionantes marcan el skyline de una película de miedo a sus pies acampan los puestos de pulseras y artesania de algún perroflauta de pelos largos, mientras por el paseo pasean (valga la redundancia) bicicletas de marca BMW otro niño pasea con una bicicleta con chasis de madera y mientras un ejecutivo con ganas de ligar patina arriba y abajo con protecciones hasta en los ojos unos chicos jóvenes surfean enfrente casi con lo puesto.

Aquí podéis ver uno de los puestos de artesanía.

Finalmente acabamos tomando "una Mahou si puede ser" sentados y viendo el mar con esta imagen que os muestro. Lástima que no os pueda mostrar las fotos con muecas que le hice a Vanessa para no destrozar su vida social. Aunque Ribadesella no es un pueblo de mi devoción os recomiendo grátamente los atardeceres en su paraíso marítimo y es que las bicicletas no son para el verano.