miércoles, 10 de abril de 2013

Los topos autóctonos II



Continuo con el relato de algunos de esos personajes de nuestra historia, casi anónimos, que vivieron como fantasmas en sus propias casas, continuando una guerra que para ellos ya había acabado, para el resto de los españoles también, pero no para los triunfadores que mandaban. Dos grandes periodistas, Manu Leguineche y Jesús Torbado rebuscaron entre todos los pueblos para dar con los testimonios de autocautiverio que había en muchos pueblos de España. Fueron gente que no acabó en una cuneta o en el rincón de algún campo, fue peor que eso, se enterraron vivos en un cuchitril de sus propias casas renunciando al sol, a sus familias y a una vida en opresión, si es que no se puede estar ya más oprimido.


Manuel Cortés Quero
1906-1991 Mijas (Málaga)
Fue conocido como "el topo de Mijas" además de haber sido el último alcalde republicano del Ayuntamiento de Mijas entre el 3 de marzo de 1936 y el 23 de noviembre de ese mismo año. Al estallar la Guerra Civil, huye de su pueblo, a sabiendas de que le van a buscar para matarlo. Vaga por algunos frentes y tras finalizar la guerra, escondido, decide volver a su casa. El 17 de noviembre de 1939 de incógnito y aprovechando la oscuridad de la noche regresa a su propia casa en C/ El Pilar. Después de aquel día se confinaría en su propia casa durante 30 años, oculto en un falso cuarto que tenía por puerta un armario de ropa, con una radio que le acompañaba a volumen muy bajo en su soledad.


Su mujer, Juliana Moreno se encarga de llevarle todos los días uno de los diez ejemplares que del Diario Sur se repartían en el pueblo, uno para el Ayuntamiento, otro a la Guardia Civil, otro al cura, otro a la farmacia y otro, pero sin saberlo nadie, para Manuel Cortés. El 28 de marzo de 1969, escucha en su aparato de radio la noticia de que el Gobierno había concedido el perdón para todos los delitos que se hubieran cometido desde el 18 de julio de 1936 al 1 de abril de 1939. Perplejo y dudando mucho, decide creer la noticia y abandona su cautiverio de 30 años con 64 años de edad.


Primero se presentó al alcalde de Mijas, Miguel González Berral, que le acompañó a la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga. Al pasar por su puerta el miedo le comía por dentro y sólo se convirtió en llanto al oír del teniente coronel de la Guardia Civil que era libre. Desde ese momento su escondite quedó para el recuerdo de un tiempo vivido. Fue fundador del PSOE de Mijas y lo presidió hasta su fallecimiento en 1991. En la Casa Museo de Mijas se puede visitar una recreación de la que fue su habitación prisión durante 30 años. En 1972 Ronald Fraser escribió el libro In hiding (Escondido) que impresionó al dramaturgo Arthur Miller.








Miguel Villarejo, "Miguelico"
Bailén (Jaén)
El 29 de marzo de 1939 mientras prestaba servicio en el campo de aviación de Jabalquinto, en el cortijo de Vargas, convertido en un improvisado aeródromo republicano. Al entrar las tropas de Franco en Madrid huyó hacia la sierra para proteger su vida. Se escondió en la casa de sus padres pero las cosas no pintaban muy bien, se estaba buscando a los perdedores por las casas de todos los familiares. Se escondió en el huerto de su cuñado entre unas sacas. Al día siguiente se enteró que tres de sus compañeros milicianos fueron fusilados tras ser encontrados en sus casas.


Miguelico no pensaba ser presa fácil, cogió una escopeta y unos cartuchos y se escondió en la Sierra de Despeñaperros, solo y esperando a que fueran a por él. Había sido cazador furtivo y en sierra cazaba perdices que llevaba a escondidas para su familia en el pueblo y en alguna ocasión le dieron el alto los falangistas aunque consiguió escapar. Aunque pasó el tiempo, le seguían buscando. Sólo pasados diez años de esta vida en la sierra decidió esconderse en el pueblo, viajando de casa a casa de familiares para evitar sorpresas. Su mujer, Catalina, pidió un préstamo y se compró una casa, donde finalmente se instaló Miguelico en la cuadra en un agujero que había hecho y que tapaba con una tabla, que sólo abandonó en 1969 tras el decreto de prescripción de delitos de guerra.


Protasio Montalvo
Cercedilla (Madrid)
Fue el último topo en salir, ni más ni menos que en 1977. Permanecía oculto con la promesa de su hijo de que le vendría a buscar el mismísimo Felipe González y que miraba como hacer dinero con las entrevistas por la situación del padre. Montalvo había sido alcalde de Cercedilla y en medio de la contienda la sangre y la cuneta corrieron por los dos bandos. Tras huir en su pueblo le esperaban pintadas llamándolo asesino. Se escondió en la casa de la familia en la colonia de Collado del Hoyo donde criaban conejos y se movía dentro de ella con libertad absoluta. Cocinaba, limpiaba y cuidaba a los hijos enfermos, mientras su mujer salía a vender productos para los turistas.


Su hijo le traía la hierba necesaria para dar de comer a los conejos y por eso Protasio llamó a su escondite "la madriguera". Una hija se casó con uno de Cercedilla y se fue a vivir a Francia, lo que hizo pensar a las autoridades que su padre habría acudido con ella. En 1972 y 10974 tras padecer un amago de parálisis lo llevaron a escondidas a un médico de Madrid en la única vez que salió de su cautiverio. Permaneció oculto 38 años, salió con el pelo blanco y protegiéndose de un sol que le molestaba mucho. El País el 21 de julio, pocos días después de su salida, recogía como había cobrado 5.000 pesetas a dos reporteras suecas por cuatro minutos de entrevista.


Saturnino de Lucas Gilsanz
San Martín y Mudrián, 4 de abril 1911, San Martín y Mudrián, 6 de diciembre 1970
Fue un comercial y político socialista que se mantuvo escondido durante 34 años. Era hijo de familia numerosa y dedicada a la extracción de la resina, por lo que le tocó trabajar desde los seis años de edad. Padeció la polio lo que le dejó una cojera acentuada de por vida. Gracias a un maestro estudió y llegó a adquirir una notable formación en derecho, que le ayudó para defender en juicios a obreros sin recursos. Ganó por oposición la plaza de secretario en el Ayuntamiento de Torrijos (Toledo), pero al ser menor de 25 años no pudo tomar el cargo. Se afilió a UGT y al PSOE, presidiendo el sindicato de UGT de 1933 a julio de 1936.


El 14 de marzo de 1936 fue nombrado alcalde de su localidad y permaneció en su puesto, a pesar de que al estallar la Guerra Civil, Segovia había caído en manos de los nacionales. El 24 de julio el cura le avisa que los falangistas vienen a matarlo por orden de varios caciques que le tenían ganas. Se oculta en un arcón de la iglesia gracias al sacerdote y allí permanece durante cuatro años, sólo saliendo del arcón durante la noche. Desde 1940 se ocultó en el desván de casa de sus padres, en un espacio tan reducido que no podía ponerse ni en pie, pasando de más de 67 grados en verano a -20 en invierno, donde permaneció 30 años más de cautiverio. Tras la muerte de sus padres en 1968 se planteó salir, pero no lo hizo hasta el decreto de 1970. Salió con 59 años, dañado por la salud, con pérdida del juicio de tanta soledad y a los pocos meses falleció.


Teodomira Gallardo
Zarza del Tajo
Fue la única mujer topo que se ha documentado. Estaba casada con Valerio Fernández, militante comunista y alcalde de Zarza del Tajo, y que trabajaba además en el casino de Sana Cruz de la Zarza. Con 30 años se incorpora a la guerra que acaba con grado de teniente. Regresa a escondidas a su pueblo y rápidamente le informan que al alcalde de Santa Cruz los falangistas le habían roto las piernas y los brazos tras su detención. Valerio junto a Teodomira se van del pueblo y vagan por muchos sitios, hasta que en 1940 son detenidos, a él lo llevan a la cárcel de Santa Rita, en Carabanchel y a ella a la de las Ventas, ambas en Madrid. A los cuatro años se les juzga acusándoles de la muerte de un sacerdote. A Valerio le dan palizas constantemente y lo fusilan el 14 de marzo de 1945. El cura que decían haber matado fue encontrado en un baño de Madrid en 1947. Teodomira permaneció en la cárcel hasta 1947 y fue perseguida constantemente por su militancia comunista. Detenida en numerosas ocasiones con tres palizas diarias durante nueve días y observando las violaciones y torturas que hacían a otras compañeras.

Los topos autóctonos I
Los topos errantes I: Hiro Onoda
Los topos errantes II: Soichi Yokoi

martes, 9 de abril de 2013

Los topos autóctonos I



Recordando el otro día a mi fallecido tío Fabri, me vino a la mente lo mucho que le gustaba la lectura. Por el cuarto de estar de la primera planta de su casa pululaban libros que leía con entusiasmo inclinando sus gafas de ver de cerca. Cuando subía y no estaban mis tíos ojeaba sus libros de los que me entusiasmaban sus portadas y que para un niño significaba como algo prohibido, algo que era de mayores. Entre esos libros recuerdo con mucho cariño el de Los topos de Jesús Torbado y Manuel Leguineche.


Recuerdo que repasaba con avidez las hojas del libro, fijándome sobre todo en las fotografías, quedándome perplejo de esas vidas que se habían roto durante tanto tiempo por miedo. Leía los pies de foto y los comienzos de algún capítulo. Volvía a dejar el libro en su mismo sitio y volvía al poco tiempo para releer desde donde me había quedado. Las historias y ese miedo infantil lograron que ese libro se quedara muy dentro de mi y del que ahora quiero recordar algunas de las historias que lo componían en aquel libro que durante un tiempo fue catalogado de subversivo.



Eulogio de Vega Colodrón
21-1-1901 Rueda / 8-7-1995 Valladolid
Eulogio era un labrado más de Rueda, a los quince años con la efusividad de la juventud ingresó en la Sociedad de Agricultores de la UGT. Abandonó su pueblo para hacer el servicio militar entre 1923 y 1926 y le tocó participar en la Guerra de Marruecos. Al volver se casó y antes de la guerra civil ya tenía tres hijos. Poco a poco fue ascendiendo políticamente y en 1933 fue elegido secretario de UGT de la provincia de Valladolid. Fue alcalde de Rueda desde 1931 hasta 1934 en los que fue detenido por los sucesos revolucionarios de octubre. Tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936 fue puesto en libertad y retomó su alcaldía.


Con el alzamiento en 1936 Eulogio de Vega se escondió durante 40 días en un maizal, luego en un pozo en el que habían hecho un hueco y se escondían tres personas. Al llegar el invierno se instaló en su casa, ocultándose con la complicidad de su mujer. En 1944 tuvo una hija y su mujer para evitar sospechas se marchó a dar a luz a Úbeda, en casa de unos familiares, donde dejó a su hija al cuidado de su familia, pero le pusieron sus apellidos. Al casarse esta hija veinte años después, la policía reconoció los apellidos y al ver la edad lo detuvo en su casa el 30 de septiembre de 1964. Lo juzgó un tribunal militar que lo puso en libertad a los dos días por no justificarse ya la detención. Permaneció 28 años oculto.


Juan Jiménez Sánchez, "el cazallero" y Teresa Ramos
Alhaurín el Grande
Fue combatiente republicano, hecho preso fue sometido a trabajos forzados. En un descuido se consigue escapar para encontrar refugio en la Legión, deserta y, más tarde se convierte en el último maquis de la sierra malagueña. Su novia Teresa Ramos, le dice que lo deje y lo esconde en su casa de Alhaurín el Grande, donde se esconde en el hueco de un poyete de la casa. Oculto dependía del silencio de su novia que fue tentada por el capitán de la Guardia Civil con un millón de pesetas por decirle su paradero. En septiembre de 1957 fue detenido, después de permanecer oculto durante 13 años. Después de siete años de prisión, en 1965 fue beneficiado por un perdón del Día del Caudillo.


Juan y Manuel Hidalgo
Almáchar y Benaque (Málaga)
Durante la batalla de Málaga los hermanos Hidalgo se encuentran en Colmenar y escuchan los cañonazos y los disparos. Manuel tenía 27 años y su hermano Juan 31, eran ajenos a una guerra que no entendían a pesar de ser militantes de UGT. Les dijeron que se fueran y se marcharon huyendo del miedo y de la venganza. Emprendieron un camino hacia Almería comiendo hierbas o lo que encontraban en el campo. De Almería marcharon a Alicante, donde les dieron un salvoconducto, un fusil y un uniforme. Lucharon donde les mandaban y el final de la guerra les pilló en Valencia. Volvieron a su pueblo con sus mujeres, que no sabían que les había pasado, se escondieron durante 28 años en dos escondites diferentes, y las mujeres hacían de mensajeras. Manuel durante todo este tiempo no vio el sol. En 1966 salieron de sus escondites acogiéndose a un perdón de los años cincuenta.



Antonio Urbina "el desertor"
Santo Domingo de la Calzada, Rioja
Después de vagar por diferentes países durante diez años después de la guerra civil, decidió volver un día para refugiarse en su casa o vivir entre España y Francia. Consiguió pasar la frontera y llegó a su casa una noche, vivía sin salir de su casa, cuidando de las gallinas y ordenando las vacas. Un día su vecino Manuelón lo vio tras asomarse a una tapia y Antonio tuvo que fugarse a Francia a duras penas. Desde ese momento iba y venía desde Francia, se escondía temporadas y luego desaparecía. Se corrieron mil historias en el pueblo sobre Urbina, unos decían que se vestía de mujer, otros que se disfrazaba de mil formas. Antonio Urbina vivió como un fantasma.

Los topos autóctonos II
Los topos errantes I: Hiro Onoda
Los topos errantes II: Soichi Yokoi

lunes, 8 de abril de 2013

Abrazos cuando el viento sopla fuerte



De repente el móvil suena. Es mi amigo. Una sonrisa se me dibuja antes pasar el dedo por la pantalla del móvil y responder a una voz que siempre me gusta escuchar. —"¿Qué pasa amigo?"— pregunto sin esperar ninguna respuesta concreta con el único objetivo de adelantarme a sus palabras. —"Soy Josema, David"— me responden desde el otro lado, pero con un tono, que rápidamente desdibuja mi sonrisa que empieza a caer hasta componer una de esas caras que denominan serias. La voz de mi amigo es contenida, pesada y melancólica, comienza a hablar y nada bueno se augura.


Me comenta que el resultado de unas pruebas que se hizo su mujer no ha sido bueno. Un maldito bulto junto a un pecho les ha quitado estos últimos días el sueño desde que les dijeron que había que quitarlo lo antes posible. Mientras me hablaba me costaba poco rellenar los huecos de su dolor y evitaba lanzar preguntas que lo único que harían sería ahondar en la angustia. Escuchaba en callado silencio arrugando con mi mano mi frente y sin saber bien que decir, que palabra pronunciar que diera alivio en la herida abierta. El tiempo se había hecho eterno.


El desconsuelo es evidente, la noticia ha caído como un jarro de agua fría y todavía están los dos empapados en la angustia de un pánico que crece en forma de enfermedad. Ella tiene el precedente de madre y otros familiares, y los miedos del pasado vividos muy de cerca se vuelven a despertar como sino se hubieran enterrado nunca. Mirar a sus hijas y sentir lo que no se quiere pensar, provoca un agudo escalofrío que no deja dormir. Están en el momento peor, con la bofetada recién recibida y sin saber muy bien desde dónde ha llegado y quién se la ha dado.


Le intento decir, que por suerte, donde tiene el bulto, las posibilidades de cura son muy altas. Me contesta de la misma forma que ha respondido a tantos que le han intentado calmar con lo mismo, pero aún así, lo hace con mucho cariño. Después de ese intento mi voz se ha quedado muda, tan sólo me despido con un ánimo cargado de corazón. El móvil se cierra recordando la llamada como tan sólo un dato. Mis manos tapan mi cara. Mis pensamientos tapan a mis manos.


Después de unos segundos sigo igual de roto, pensando que su dolor podría ser el mío, y si yo no encuentro consuelo para mi mismo, difícilmente lo encontrará él para sí mismo. Sólo un abrazo me aliviaría, un abrazo apretado, de los que hablan mejor que las palabras. Me hubiera agarrado a él, como si fuera una esperanza que no se pierde, y no me hubiera soltado hasta sentir mitigar nuestra tristeza. En ocasiones así, me agarro a los abrazos para decir lo que no tiene nombre, y es que no hay mejor medicina que los abrazos cuando el viento sopla fuerte y en contra, pero muy pronto izaremos velas buscando los buenos vientos y recuperando la esperanza, pero hoy, abrázame.


viernes, 5 de abril de 2013

Tetris de leña



Al recorrer las calles de muchos pueblos te encuentras leña amontonada para las chimeneas y las cocinas económicas. Siempre me ha impresionado esa curiosa magia que se produce al colocar un montón de troncos sueltos que hacen un total con una maravilloso equilibrio anárquico. Cada tronco parece encajar en un total imposible de repetir en otro momento.


Además lo mejor es que si lo miras de frente parece una cosa y tiene una imagen, pero si avanzas un poco te das cuenta que no todo es lo que parece.


Desde los laterales te das cuenta que lo que parecía un montón de leña se convierte en todo un montonazo de leña colocado en escaleras. Curioso tetris de leña.

jueves, 4 de abril de 2013

Rajoy I, el ausente



Hay determinadas cosas que creo que no se deberían permitir, y que sucedan nos indican claramente el nivel humano de las personas que nos dirigen. No entraré en analizar los buenos augurios que nos emplaza "nuestro" presidente Rajoy I, el ausente, en lo referente a la economía, en lo que nuevamente es un bla, bla, bla. Lo verdaderamente importante es el cómo lo hace y cómo lo dice. Tras tres meses sin comparecer ante los periodistas en España, ni ante los españoles, lo hace una vez más parapetado ante un plasma, sin dar la cara y sin aceptar preguntas. Además de una crisis económica, tenemos una gran crisis ética.


De la primera dicen que nos sacan el año que viene, y curiosamente nadie se lo cree, de la segunda, de la crisis ética, a cada día que pasa nos empujan hacia un final más dramático, colocando mucha más presión y dinamita en una gente harta de dar la cara por sus políticos, de pagar sus platos rotos y los de los banqueros, harta de sufrir recortes que ellos no se aplican, para que luego salgan a hablarles desde un plasma, con toda la protección que les otorgan sus amigotes y dispuestos a contar todas las mentiras que hagan falta con la impunidad que da el saber que nadie te puede contestar.


Los periodistas, en un puro ejercicio de no saber bien que hacer, estoy seguro que más de uno se habría marchado y habría dejado a esa televisión hablando sola, que era lo que realmente estaba sucediendo, pero entiendo que la imagen que ayer nos pudieron mostrar era tremendamente reveladora. Por momentos me recordaba ese plano de las películas apocalípticas en las que tras invadirnos los alienígenas o marcianos, el presidente de los Estados Unidos emitía un mensaje a todos los ciudadanos, bien protegido en su avión para que nadie le hiciera nada. Y en cierta forma lo de ayer fue así.


Alguien se imagina al presidente de los Estados Unidos de América dando una rueda de prensa, en un plasma de televisión, estando en el cuarto de al lado. Los pueblos, si se quieren llamar sensatos, tienen que ir más allá de las ideologías y valorar a las personas que tienen delante. Evitar preguntas y no dar la cara a los problemas es un signo evidente de ineficacia, derrotismo y manipulación, mucho más propio de los dirigentes que no tienen nada de democráticos.


Es más, en la mayoría de países hay todo un respeto institucional hacia las ruedas de prensa, los políticos no sólo representan a sus ciudadanos el día en que ganan las elecciones, tienen la obligación de responder y dar la cara siempre que se lo solicite la ciudadanía. El respeto entre políticos y periodistas es tremendamente profesional y en muchas democracias estas faltas de respeto no pasarían tan en balde si los propios periodistas no se dejaran perder en ocasiones por sus forofas tendencias políticas.



Pero "nuestro" presidente desde hace más de tres meses y subiendo no ha hecho declaraciones en nuestro país, tan sólo fuera de él, y controlando las preguntas que le hacían. Si tan convencido está como presidente que el respeto que les debe a todos los españoles es dar la callada por respuesta o bien dejar que le vean por un plasma, sería todo un detalle que hiciera lo mismo en Europa o en cualquiera de sus visitas protocolarias al extranjero, veríamos que decían de él si sólo lo vieran en un televisor, y creo que no serían adjetivos muy halagadores.


Lejos quedan los momentos de período electoral en el que "nuestro" presidente paseaba por la calle y se liaba a estrechar manos de ciudadanos, prometiendo y prometiendo lo que luego no se ha cumplido. Visitaba mercados de abastos, colegios, asociaciones,… todos con palabras bonitas, grandes abrazos y choques de mano, para ahora verlos a través de un plasma.


Está claro que una vez que se consiguen los votos, el trato hacia los ciudadanos cambia, y donde antes había cariño y afecto, ahora hay desprecio y distancia. Lamentablemente, cuando se acerquen los momentos electorales todo volverá a repetirse de nuevo, y se les llenará la boca de decir que practican la transparencia, lástima que confundan transparencia con invisibilidad.


Pero que puede decir un "presidente" que en su perfil de Facebook apenas tiene 90.399 fans, ni sus propios votantes le siguen. Tengamos en cuenta que Kiko Matamoros tiene 108.082 fans, el artista Hueccø 111.664 fans, el propio programa Sálvame 119.928 fans, pero muy lejos de los 10.266.374 de Iker Casillas, los 44.116.384 de Leo Messi o los estratosféricos de 56.244.470 de Ronaldo. También destaca que las imágenes que usan de la declaración que dio en el plasma ponen unas fotos como si las hubiera hecho delante de todos los periodistas, a quién querrán engañar.


En la del Partido Popular pasa un poco de lo mismo, pero con tan sólo 54.797 seguidores, y un más que curioso hashtag #LasmedidasdeRajoy, hay que reconocer que aunque sean políticos y con la que les está cayendo humor no les falta.


Así es como actua "nuestro" presidente, un político que sin lugar a duda se está ganando a pulso el título de Rajoy I, el ausente. Ciertamente muy triste.

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