viernes, 29 de junio de 2012

El Bazar Tánger y el fin de curso



Recuerdo cuando finalizaba el curso y los calores del verano multiplicaban los sudores por las notas finales, en principio, ni mi hermano ni yo, teníamos grandes problemas, lo que hacía que una paga extra llegase en estas fechas, un dinerillo que no venía mal para comprarse algún capricho que durante todo el año no nos lo podíamos permitir. Con el dinero en el bolsillo nos íbamos como locos al Bazar Tánger, allí en su pequeño escaparate seguro que tenían lo que queríamos.


La tienda se mantiene como siempre, en la calle Azoque, entre bancos y tiendas que van y vienen en el tiempo. La tienda es pequeña, casi liliputiense, si uno sale, uno no puede entrar, y en ese minúsculo espacio encima tiene dos plantas, con las paredes y techos repletos de cosas que todo lo cubren y que a los ojos juveniles todo lo atraen.


En el escaparate se amontonan montones de objetos y casi todos llaman la atención, miras con detenimiento y crees que lo has visto todo, hasta que te fijas de nuevo y compruebas que no habías visto ni la mitad de las cosas. Algunas cosas son interesantes, otras caprichos tontos que apenas duran unos días antes de acabar en algún cajón oscuro de alguna habitación.


Por fuera en todos los lados, folios en blanco con multitud de precios que apenas dejan de ver los montones de relojes que se amontonan en una vitrina. Recuerdo cuando en un final de curso de la EGB vine corriendo a la tienda para comprarme el famoso reloj Casio calculadora que apenas calculó más de una suma, pero que en la muñeca te hacía sentir muy diferente.


Cuando aparecieron los primeros ordenadores y disquetes, el Bazar Tánger fue el sitio de referencia y todavía lo sigue siendo, el negocio familiar continúa como el primer día, atrayendo la vista a todos los que pasamos por sus puertas y sólo conseguimos no entrar por la prisa que llevamos todos los días.


El Bazar Tánger se fundó en 1964 y todavía sigue con la misma esencia y encanto de una de las tiendas de tecnología más pequeñas y con más referencias que he conocido nunca.

jueves, 28 de junio de 2012

Carteles y mensajitos 015: strangers in the night



Tienen algo de especial esos carteles que inundan las playas de la costa española, se muestran siempre pletóricos de colorido, no hay cartel que se tercie que no lleve rojos, naranjas, azules y verdes, todos en tonos bien chillones para llamar la atención. Nos aclaman con sus ofertas en inglés o en alemán para llamar la atención de los turistas, que por un momento olvidan la tipografía arial, helvética o din, para sumergirse en la manualidad del comic.


Estos carteles los pude contemplar cuando estuve hace bastante tiempo en Torremolinos y Fuengirola, estoy seguro, que todavía sigue en aquella pared, sin poner ningún precio y atrayendo la atención de alguien como yo, mientras en el bar de al lado la gente disfruta de partidos de fútbol de equipos extranjeros, son nuestros turistas, son los strangers in the night.

miércoles, 27 de junio de 2012

Bunbury autografiado



Salía a la venta en diciembre de 2011 el último disco hasta el momento de Enrique Bunbury, Licenciado Cantinas, un disco en el que Enrique hace un repaso a algunas canciones olvidadas o menos conocidas de la música latinoamericana, de autores como Agustín Lara, Jaramillo o Atahualpa Yupanqui entre otros. Es un disco que como tal hay que escucharlo, un disco de versiones, de canciones interpretadas a lo Bunbury con su banda Los Santos Inocentes.


Y lo mejor de todo es que ya tengo su vinilo, sí, un vinilo en estos tiempos y autografiado por el mismo Enrique Bunbury, una joya que se suma a mi amplia colección de vinilos, principalmente de grupos en castellano. Ya lo había escuchado en cd, pero resulta más emotivo escucharlo ahora en vinilo, oyendo el ruido de la aguja mientras surca de canción en canción.


Todas las canciones repasan estados de ánimo, sensaciones vividas por su alter ego el Licenciado Cantinas, buenos arreglos y percusión, que principalmente destacan en sus canciones mas animadas que casi convierte en propias. Del bolero al corrido de acordeón para acabar en la milonga explorando nuevas mezclas en chacareras que se convierten en sonidos caribeños o milongas que rematan un disco de auténtico croner.


Encontramos en este disco al Bunbury cantor, a mi me gusta más el compositor, pero valoro y mucho que un cantante consiga hacer suyas canciones de otros y reconvertirlas a su peculiar estilo. Se acompaña de grandes artistas para el disco, como Elíades Ochoa, Flaco Jiménez o Dave Hidalgo de Los Lobos entre otros, destacando Mi sueño prohibido, Que me lleve la tristeza, Chacarera de un triste, El solitario o la divertida Ánimas, que no amanezca, entre otras.


Aquí os dejo la firma de Enrique Bunbury, si alguien identifica el Enrique o el Bunbury que me lo diga por favor.

martes, 26 de junio de 2012

Los autobuses de línea y los abuelos profesionales



Amanecía el día con un sol radiante, los sonidos de la ciudad comenzaban a dominar sobre el silencio de la noche y entre coches y semáforos llegaba a la estación de autobuses para tomar el autobús que me llevaría a Teruel, evitando el coche ya que la vuelta la hacía con mi amigo Raúl. En la estación laberíntica buscaba una ventanilla de información para saber si en algún sitio tenía que visar el billete, a lo lejos vi un puesto de información y me confirmó que no hacía falta.


Más tranquilo vagué por los andenes observando la gente curiosa que se agolpa a las mañanas, grupos de abuelos con sus múltiples bolsos, bolsas, maletas y maletos con todo preparado y revisado se preparaban para ir a la playa a disfrutar del sol, junto a ellos, algunos jóvenes inmigrantes soñando con el reencuentro o con simplemente trabajo, otros despistados preguntando, sobre los que se abalanzan los jubilados, desinformando más que informando y con los que entablan una conversación que ya no sueltan ni al subirse al autobús. En mi paseo veo la ventanilla de la compañía que realiza los viajes a Teruel y por si acaso, vuelvo a preguntar lo de los billetes, nada tengo que perder, y por suerte mucho que ganar, efectivamente había que visarlos, medio sonrío de un lado y me vuelvo para el andén.


El escenario poco a cambiado, los abuelos siguen dando conversación a los novatos, les informan de las ofertas, de cómo ellos compran los billetes, con una planificación que ni los generales Napoleónicos hubieran hecho mejor, el resto con sus cascos, moviendo el dedo sobre el móvil o bostezando al día que comienza. De repente llega el autobús, los abuelos abandonan cualquier conversación y las abuelas toman el mando, le dan un grito al marido, y le indican que coja todos los bolsos, bolsas, maletas y maletos, recordándole vehementemente que no se deje nada y se encaminan hacia el autobús, —"¿Por este lado verdad?"— afirma la abuela al conductor, sin dejar opción a la duda, —"No, No, todavía no, ya les diré"— responde el conductor con rabia, como si eso ya le hubiera pasado antes. Los abuelos acomodan sus bolsos, bolsas, maletas y maletos junto al morro del autobús y justifican con los pasajeros más cercanos su actitud —"Es que, si no preguntas, luego pasa lo que pasa, a nosotros una vez…"— y vuelven a pillar por banda a otra pareja a la que no sueltan hasta que vuelve el conductor.


Ni que decir tiene, que son los primeros en subir, no necesitan ni buscar su asiento, ya llevan planeando desde hace días cómo se iban a sentar, en las primeras plazas, para ver bien la carretera, aunque su marido y ella misma caigan dormidos a las primeras señales de tráfico. Mientras, la gente sube a los compañeros de conversación los abuelos les aconsejan, —"¿Qué número tiene? ¿el 23? Ufff, eso es mucho más atrás"—, los aconsejados marchan a sus sitios acomplejados, y pensando que su sitio está en el fin del mundo. Una vez todos acomodados, el autobús de línea parte hacia su destino, al salir, cortinillas que se cierran y cascos que se embuten en las orejas para llevar mejor el camino.


Sin película y tan sólo armado con mi iPad y mi iPod, llevo lo mejor que puedo el viaje, cerrando y abriendo esa escotilla superior que hay sobre mi cabeza y que más que el aire acondicionado, es una espada láser que taladra mi cerebro. La llegada está próxima, se nota por que siempre hay gente que comienza a prepararse minutos antes, se preparan sus bolsas anudadas y salen al pasillo para tomar la salida a meta mejor, pese a que el autobús para bruscamente y bambolea al abuelo en el pasillo, nada le hace desistir de su logro, y en un visto y no visto ya está bajando las escaleras. A mi me vienen a buscar y al poco ya estoy en Gea de Albarracín, disfrutando de asomar la cabeza a una ventana y ver un paisaje puro y luminoso, con una leve sonrisa mientras recuerdo a los abuelos del autobús.

lunes, 25 de junio de 2012

Policía muy loca



Andaba el otro día en Teruel por cuestiones de trabajo, recompensando mi sed del viaje en autobús y esperando con un amigo que su pareja realizase el examen práctico de circulación. El sol todavía no pegaba de pleno y estábamos en la terraza de un bar charlando de trabajo y de nuestras cosas. De repente, un volkswagen de los grandes para frente al bar y dejando el coche en doble fila entra en el bar. Sin apenas haber pasado dos minutos aparece un agente de la policía de Teruel, y sale corriendo el dueño del coche para evitar la multa. Hasta aquí todo correcto, hasta que el policía nos da la espalda y no creíamos lo que estábamos viendo, en lugar de Policía Local de Teruel, en su camisa ponía Policía Loca de Teruel.


Mirábamos y mirábamos sin dar crédito a nuestros ojos, discutíamos si era algún pliegue que no nos dejaba ver bien la letra "l", pero no, nada más lejano a la realidad, el policía lucía orgulloso un nuevo concepto policial: la policía loca.


Al final la locura cobró sentido y no multó al descuidado conductor que teniendo sitios enfrente, lo había dejado donde más le convenía. Que el mundo está muy raro es evidente, y que la policía en Teruel está loca, también.

viernes, 22 de junio de 2012

Timbre 016



016/ Timbre desaparecido: allí queda su última huella, en el hueco que siempre tapó, en el espacio que salvaguardó a la intemperie y cubrió del impacto de la lluvia y el viento. De nada sirvió, alguien se marchó de la casa y también se llevó el timbre, apenas dejó un tornillo, un taco, dos huecos y los cables pelados por si alguien quiere probar cosquillitas en sus dedos. Nada sabemos de su pasado, si era rectangular o redondo, si era blanco u oscuro, si sonaba como una melodía o tan sólo parecía el timbrazo de una bici. El timbre desapareció y ya nunca más llamó.
Casco viejo de Vitoria-Gasteiz

jueves, 21 de junio de 2012

Timbre 015



015/ Timbre racial: sobre la puerta marrón, tres timbres totalmente diferentes, uno rectangular en vertical, otro redondito y el tercero rectangular apaisado. Cada uno se presenta altivo y orgulloso, queriendo destacar sobre los demás, bien con su pulsador musical, tipo pezón o pastilla de medicamento. Entre ellos el piso 3º muestra su placa dorada y torcida, pero la duda surge, cuál sera su timbre, el de arriba, o el de abajo.
Casco viejo de Vitoria-Gasteiz

miércoles, 20 de junio de 2012

Dibujo by Goñi 016: Mar adentro



Hoy os traigo un cuadro realizado en 1990, sobre papel y con técnicas mixtas, el fondo y el mar están con aerógrafo. En el dibujo de Mar adentro se notan mucho las influencias de la época, al igual que pasaba en el de Fuente esperanza, como son los Héroes del Silencio, la Estación del Silencio y su mural de fondo.


Mar adentro, la rabia contenida y el presagio de la tormenta sobre la calma.

martes, 19 de junio de 2012

Boda en Leache, miércoles 19 de junio de 1940



Corría un miércoles 19 de junio en Leache, sus calles habían amanecido pronto, el cabrero había recogido las cabras a primera hora y mientras los animales corrían en busca del pasto, en casa Matías y en casa Sorraco se preparaban para la celebración de una boda. El día había amanecido fresco, en un año de posguerra que había sido muy duro para todos, apenas hacía un año que había acabado la guerra y todavía se lloraban los muertos del pueblo, otros, los que habían vuelto se recuperaban del dolor y de todo el horror que sus ojos habían visto. El racionamiento y la tristeza se había impuesto en aquellos tiempos en los que tan sólo era importante tirar para adelante.

Así lo hiceron, Máximo Goñi Moriones y Angelita Loperena Salinas. Máximo tenía entonces 36 años, se había librado de la guerra por cuidar las tierras y a la familia junto con su padre Valentín y sus dos hermanas mayores, la Visi y Paulina, su hermano pequeño con el que se llevaba tres años, partió hacia el frente y consiguió volver, pero nunca volvió a ser el mismo. Ángelita tenía 26 años aquel 19 de junio, aunque estaba para cumplir 27 un mes después, en julio, la guerra le había dejado la cara marchita y su ropa de luto al tener que enterrar hacía poco tiempo a su hermano Jesús Loperena que había vuelto del frente con fiebres y tiritonas que el médico de Aibar no pudo curar, de cuatro que eran en casa en un comienzo, ya sólo dos, ella y su madre María Salinas Sola, su padre Ángel y ahora Jesús se habían quedado por el camino.

Para Angelita aquella boda suponía un gran paso, su difícil relación con su padrastro Ignacio Zabalza no hacía fácil el día a día, y conforme se había hecho mayor, todavía era peor. Para Máximo era distinto, pero en el fondo también era un reto, de trabajar con su padre pasaba a llevar sus propias tierras y tomar sus propias decisiones, y vaya si las quería tomar, siempre andaba pensando en levantar viñas o plantar olivos, en tiempos en los que la prudencia llevaba a ser mucho más cauto.

Angelita limpiaba sus collares y ajustaba su vestido negro, entonces todavía no se llevaban los trajes blancos de boda, sus hermanastras más pequeñas le ayudaban en un día en el que las ilusiones lo desbordaban todo de una forma contenida, sin aspavientos. Máximo, en su casa se repeinaba con gomina su pelo y ajustaba el nudo de la corbata sobre su camisa blanca. Pronto empezó gente a desfilar para dar la enhorabuena al novio y catar algo de desayuno, el poco que se podía repartir. A las 12 llegó la misa y las campanas de la iglesia de la Asunción llamaron a boda a todo el pueblo, los labradores ya habían vuelto de la faena, para arreglarse en la medida de lo posible, aunque alguno todavía volvía por el camino con su mula cargada cuando salían de la iglesia la pareja de novios, ya casados, entre gritos de alegría y parabienes, y muchos niños pequeños correteando de un lado a otro.

La comida se hizo en casa Matías y allí corrió lo que podía correr, que era más bien poco, aunque Valentín, su padre, intento que fuera lo mejor que podía, para eso era el primer hijo que se le casaba. Después baile con los músicos del pueblo, en un ambiente distendido y en el que el calor apretaba, y el sol pegaba fuerte sobre las solanas y las paredes de piedra de las casas. Tras el barullo, bromas de quintos y alguno que se retiraba chisposo a casa, Matías y Angelita se quedaban por fin solos, sin prudencias ni cortapisas, comenzando una nueva vida juntos, de la que apenas Máximo pudo disfrutar 13 años más antes de fallecer, pero fueron 13 años en el que no paró de hacer cosas y fruto de ello fue que el 2 de junio del año siguiente, nacía su primera hija, a la que pusieron por nombre María Isabel y que es hoy mi madre. Felicidades abuelos.

lunes, 18 de junio de 2012

Dibujo by Goñi 015: Fuente esperanza



Un dibujo de 1989 de 100x70 cms. a rotulador y cada hoja y tronco dibujado uno a uno, con detalles escondidos que sólo se pueden ver en el dibujo original. Recuerdo este dibujo realizándolo en las noches calurosas de junio mientras los exámenes de la facultad se amontonaban y el bochorno de la noche provocaba gotas de sudor que rondaban por la frente.

viernes, 15 de junio de 2012

Muy bien Enredados



Hace un tiempo que vi Enredados (Tangled) del año 2010 de la Walt Disney Feature Animation, dirigida por Nathan Greno y Byron Howard, que también participó en Bolt; al guión Dan Fogelman basándose en un cuento de los hermanos Grimm (Rapunzel) y guionista a su vez de las dos secuelas de Cars. Rapunzel es un cuento mucho más crudo que la película, donde un padre por salvar su vida es capaz de negociar la vida del hijo que espera con la hechicera, cuando nace la hechicera, la dama Gothel, la cuida y la encierra en una torre a los doce años, usando su cabello largo para subir a la torre. El hijo del rey la descubre y al intentar liberarla se cae de la torre se queda ciego. Pasaron años y un día el heredero escucha la voz de Rapunzel que tras llorar por su presencia, dos lágrimas caen sobre los ojos de su amado y se curan al instante, y finalmente viven felices.


La película de Disney invierte a los personajes y la heredera del reino pasa a ser Rapunzel y su amado un ladronzuelo de la corte. El guión se deja llevar por la historia, sin grandes alardes y primando la maravillosa animación que lleva toda la película, y es que lo mejor de la película es la creación de los personajes, su dibujo y su animación que casi rozan la perfección. Por momentos recuerda a muchas películas de Disney anteriores, como Aladdin, o la buenísima Como entrenar a tu dragón de más reciente factura.

Por suerte Enredados pese a acabar bien no posee la moralina habitual en Disney, nuevos valores aparecen en esta película como la rebeldía, la traición, la muerte, el odio, la usura y otros temas que levemente se habían tocado en las predecesoras películas de Walt. Este punto hace que no sea la película más recomendable para los más infantiles de la casa, aunque sí para los que ya pueden opinar y debatir sobre estos temas, aunque la película las trate con extremada simpleza y poca profundidad.


El personaje de Rapunzel es adorador, dulce, de grandes ojazos, ingénua y rápidamente enamoradiza aunque con final feliz. Siempre acompañada de su fiel camaleón Pascal y adornada con su larga cabellera que baila en toda la película entre el viento y sus movimientos.


El malote de la película, Flynn Rider, con los toques más clásicos de Disney y recordando bastante a Aladdin, baila durante toda la película en el lado de la traición benévola, y sólo al final su arrepentimiento parece real, aunque siempre será cuestionado.


Gothel es la hechicera y se encuentra fenomenalmente representada, oscila toda la película con una maldad contenida, que fruto del engaño consigue controlar para hacer creer a Rapunzel que es su hija, de la que extrae canciones y sus largos cabellos dorados que son las que le aportan la juventud, el secreto que los reyes robaron de su planta mágica (Rapunzel).


Los paisajes son verdaderamente soberbios, una naturaleza en la que por momentos se pueden contar todas las hojas de los arbustos y los árboles, bañados por un sol y luz puramente oníricos, y sacados de cualquier ilustración clásica de un libro de cuentos. Magnifica la dirección de arte.


Maximus es el caballo de la Guardia Real del obstinado capitán que quiere recuperar la corona del reino que ha robado Flynn Rider, es la mascota protagonista principal de la película y recuerda a algunos perros de otras películas Disney. Muy bien caracterizado y aporta bastantes de los puntos de humor de la película, siempre alternando entre las reglas y el orden, con la posibilidad de saltárselas por una buena causa.


Los hermanos Stabbington son los grandes malos de la película junto con Gothel, compañeros de correrías y hurtos de Flynn Rider, fieles antagonistas que no entienden su enamoramiento y su aparente cambio de actitud. Impresionante su caracterización que recuerda a los hermanos mayores de los Dalton o a algún pirata de  otras películas de animación.


También son increíbles los personajes de la taberna "El patito modosito", una guarida de bandidos y malos a cual peor y que pasan de dar miedo a ser los más simpáticos y fieles ayudantes de la pareja de enamorados. Agresividad y dulzura en un buen trabajo de animación de los personajes


Al final los padres vuelven a recuperar a su hija, a la que no le importó perder sus poderes cortándose el pelo para salvar la vida de su amado. Una escena de Disney en la que vemos morir a uno de sus personajes, aunque siempre con final feliz.


Y por supuesto final feliz con los enamorados y toda la gente feliz en el reino. En una película en la que disfrutas con las historias de antes, simples y sencillas, pero tocadas con los nuevos efectos de la animación. Una película que sin ser una joya te hace pasar un buen rato, como si entraras dentro de un tebeo que leíamos con siete u ocho años, una oportunidad para volver a soñar con princesas.


Y es que no hay nada mejor que acabar un cuento con lo de fueron felices y comieron perdices.



El trailer de la película



Bustamante y Marta Sánchez en la banda sonora.



Chayanne y Danna Paola en la banda sonora.

jueves, 14 de junio de 2012

44 Primaveras



Todavía no ha amanecido y el día barrunta movido, pronto comenzarán las llamadas, las felicitaciones en voces familiares, con los diálogos típicos y arquetípicos del día de cumpleaños. Hace un año tuve la ocasión de celebrarlo de la mejor manera que se puede, trayéndome a June a casa desde el hospital, con una madre todavía dolorida, juntos por primera vez, así celebramos el cumpleaños.

Desde aquel día entiendo más que nunca la llamada que hoy me hará mi madre, no es una llamada como la de los demás, es una llamada muy diferente, una llamada que nos regresa a ambos, al momento mismo de mi nacimiento, y aunque me felicite y me diga cosas cariñosas, a ella más que a mi, le viene a la cabeza la primera vez que me tuvo entre sus brazos aquel cálido día de junio en la antigua Clínica Quirón, aquel chalecito que había en la calle Luis Vives. Tras pelear con una comadrona que se quería ir a la piscina veía la luz al mediodía arropado por los brazos de mi madre y con mi padre siempre cerca. Ese momento del primer contacto es algo que nuestros cerebros retienen para siempre, ese tacto piel a piel, con sudor y esfuerzo, pleno de agotamiento y felicidad, es un sentimiento que no se recuerda, pero que se siente.

Mi padre entonces tenía 34 años, así que cuando yo tenía 10 años y era un niño loco al que le encantaban los lapiceros y dibujar por los rincones, mi padre tenía la edad que yo cumplo hoy. Se me hace difícil imaginar los paralelismos, si es que los hay más allá de ser padre e hijo, salvo en que era un hombre volcado en trabajar y trabajar para que, sin grandes lujos, no nos faltara de nada.

Casi siempre por mi cumpleaños tiendo a sentirme triste, y un poco más introvertido, me miro por dentro y trato de sacar fuera lo mucho que no me gusta. Por eso y por no sentirme a gusto de ser protagonista de nada, prefiero esconderme, y recordar las más de 40 tartas de cumpleaños que llevo detrás, más de 40 deseos pedidos al soplido de una vela, para que la vida me devuelva, más vida. El 14 de junio siempre es como una frontera, el día de las notas, el día de las elecciones, el día de apertura de las piscinas, el día que juega España,… pero desde siempre es así, siempre significa un antes y un después, un día de cambio, de mutación, el día en que lo que se hacía ayer, no se hará mañana, al menos hasta después del verano.

Para todos los que de una forma u otra estáis siempre ahí, siguiendo mis quebraderos de cabeza y mis filias particulares, gracias desde mis 44 primaveras.

miércoles, 13 de junio de 2012

Corazón abierto, corazón cerrado



Tras una operación a corazón abierto Pedro Ignacio se recupera bien, mañana comienza a trabajar ya unas horas, después de hacer una rehabilitación que le ha venido de maravilla, cada vez respira mejor, se cansa menos y la normalidad ya ha vuelto a ser la tónica de sus días.

En su pecho, de nuevo poblado por su mata de pelo, siempre quedará esa cicatriz de línea perfecta que verticalmente le abrió y cerró el corazón, un recuerdo de superación que conlleva sacrificios y un volver a empezar con las piezas nuevas por dentro. Todo pasa, y todo llega, y ahora llega volver a la normalidad. Enhorabuena Pedro.

martes, 12 de junio de 2012

Así vamos bien



Que vivimos una sociedad sin moral, y sin valores es evidente, que ver a nuestros políticos y miembros de la casa real entrando en juzgados le provocan a uno ganas de decir que uno no tiene nada que ver con esto que está sucediendo. Comprobar como un estado se vuelca en hipotecarse con una banca a la que le ha dejado hacer y deshacer a su libre antojo, para que ahora acabemos pagando justos y nunca pecadores, no le deja a uno muy buen cuerpo que digamos.

Pero otra cosa es, que pases por la calle y veas un mensaje en el que puedes compartir el fondo, pero en ningún modo la forma, la falta de ortografía me provoca tal desbarajuste mental que me impide pensar más allá del mensaje. Si somos antisistema, seámoslo del todo, qué es eso de poner "vuestras" con "v" y "políticas" con "c", ¿dónde ha quedado la reivindicativa "k"?

No cuidar estos detalles deja en claro que no es intencionado el error, es una falta de ortografía como un piano, que desvela la catadura intelectual del poeta de baldosas en la pared de un garaje de Vitoria-Gasteiz, no obstante yo sí que estoy de acuerdo en lo de que estamos hartos de alucinar con vuestras políticas de mierda, o mejor dicho, hestamos jartos de aluzinar kon buestras politikas de mierda.

lunes, 11 de junio de 2012

Donación con corte de mangas



Me topaba hoy con este cartel en la calle para la donación de sangre, y mi cuello no podía por menos que girar como la niña del exorcista, sin creerme mucho lo que estaba viendo. De primeras me había parecido ver un corte de mangas, y efectivamente es lo que se ha buscado con la ilustración, además se mezclaba la donación de sangre con la selección de fútbol española, la roja, utilizando una camiseta con un escudo del que seguro no han pagado los derechos de uso. Cierto es que hay que llamar la atención para que todos tomemos conciencia de lo importante que son las donaciones, pero tal vez se podrían usar miles de argumentos racionales más elegantes que un cartel en el que parece que te están haciendo un corte de mangas, y más cuando hay hinchables y talleres infantiles, mejor educar que provocar.

viernes, 8 de junio de 2012

Cinco años y muchas caras



Ayer Daniel, mi sobrino, cumplió cinco años, los suficientes para que aunque lo veas crecer todos los días, te asombres de cómo crece de rápido. Llegó con la cara y actividad de su padre, y sus primeras pulsaciones fueron las del corazón de su madre, cinco años después nada ha cambiado y todo se ha potenciado. Disfruto mirándolo y aunque me lamento por no poder estar más rato con él, compartimos aviones de papel que surcan pasillos y se frenan con jarrones chinos de imitación, mientras, Daniel, masculla entre dientes lo que tiene que decir en la función de fin de curso, aprieta las palabras en un inglés, que aunque poco entendible para mis oídos, se muestra claramente como un buen aprendizaje, después de los aviones pasamos a los dibujos, o a las peleas de sofá y cojines en las que él se siente más cómodo y yo un poco más viejo. Daniel es uno y un todo en muchos, como buen géminis, al segundo puede estar alegre, como pasa al enfado en el mismo tiempo, es el niño de las mil caras. Cinco años ya y parece que han pasado días. Felicidades sobrino.


Segundo 1: sonrisa fingida, travieso incipiente con cara de ¡cómpramelo, cómpramelo!


Segundo 2: cara triste exagerada, llanto incipiente con cara de ¿porqué no me lo compras?


Segundo 3: sonrisa fingida de vuelta, triunfo conseguido con cara de ¡no me compres sólo uno, cómprame dos!


Segundo 4: cara de me aguanto la risa, intento frustrado de seguir pidiendo pero cara final de ¡calla Daniel que ya has conseguido lo que querías!


Segundo 5: sonrisa de aceptación y de gracias, la más fingida de todas, con cara de ¡gracias, pero dámelo ya!


Segundo 6: cara final de "no me gusta", y en el pensamiento un "para esto tanto trabajo"

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