viernes, 31 de mayo de 2013

Abuelos malos 13: George Whitehall



George Whitehall, carpintero de 40 años, no estaba orgulloso de lo que había hecho, pero no sentía ningún remordimiento. Por la mañana del 22 de febrero de 1922 se había acercado a la Comisaría de Policía de Newtown y se había entregado. Llegó con las manos todavía ensangrentadas, la camisa desabrochada y la mirada perdida de un loco. Nada más entrar por la puerta reconoció haber matado a una señora.


La tarde del jueves, el día anterior a que George Whitehall se había pasado de la raya, la dueña de la casa de huéspedes en la que vivía George en Pleasant Avenue en Erskineville, Ida Parker, también de 40 años, no le hacía caso en sus requerimientos sexuales y le echó de la casa amenazándole con denunciarle a la policía. En aquel momento al carpintero se le cruzaron los cables.



Salió del comedor camino hacia su cuarto, tomó un hacha de las de su oficio que tenía siempre guardada dentro del armario y volvió camino al comedor. Caminaba tapando el hacha en su espalda y cuando llegó a la altura de Ida Parker, que le amenazaba apuntándole con el dedo, le lanzó unos hachazos a la cabeza que resultaron ser mortales y acabaron con el cuerpo de la señora del hostal en el suelo del comedor y empapando de sangre la alfombra que estaba debajo de la mesa.



Los medios de Sidney pronto se hicieron eco de la noticia y hablaban de la tragedia de Erskinevillle. Apenas hablaban de lo que había sucedido la tarde del jueves ya que la Policía de Newton no había dado muchos datos y nadie más había presenciado los hechos. A George se le impusieron los cargos de asesinato y fue citado al juicio que se celebraría el 3 de marzo. No se decretó fianza, que tampoco habría pagado George Henry Whitehall, y fue conducido directamente a prisión.



Fotografía tomada el 24 de febrero de 1922 en la Estacion Central de la Policía de Sidney, pocos días después de haberse entregado a la policía.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.

jueves, 30 de mayo de 2013

Abuelos malos 12: Richards, Ross y el de en medio



Richards era más conocido por su mote, Tom el silencioso, y precisamente no por salir de su boca. Silent Tom era pequeño y flaco, muy pequeño y muy flaco comparado con los ladrones y asesinos con los que se codeaba. Pero su miedo no era igual de pequeño, tiraba de navaja y de pistola sin pestañear y haciendo honor a su mote sin decírselo a nadie.


A Ross le conocían por el alias de Walton y era un asiduo a las peleas y las broncas. Tiraba de puño con la misma facilidad que pedía un whisky o subía las faldas de alguna prostituta. T. Ross frecuentaba los muelles y cumplía las órdenes de los extorsionadores a los que servía como un matón fiel y sin escrúpulos.


Ambos habían sido detenidos el 12 de abril de 1920 tras descubrirse un cadáver no identificado, parcialmente oculto, situado en el muelle de carga, en Sidney. Curiosamente, Tom el silencioso y Walton estaban en la zona y ambos iban armados. De la boca de Tom no salió una confesión, de la de Walton, tal vez, era cuestión de tiempo.


Aquí están posando tras ser detenidos, firmes y trajeados. Richards con gesto altivo y el cuello hacia adelante. Ross estirado y arrogante. Y curiosamente entre ellos dos un hombre corpulento del que se desconoce cualquier dato. Tal vez fue detenido también en la zona, o tal vez pasaba por ahí y quiso hacerse una foto.


Fotografía tomada el 19 de abril de 1920, posiblemente en la Estacion Central de la Policía de Sidney.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Abuelos malos 11: Sydney Skukerman



Sydney Skukerman era un viejo-joven conocido de la policía de Sidney, era de los conocidos ladrones de guante blanco, su frágil cuerpo no le permitía mucho más, pero era mejor tenerlo de amigo que de enemigo, pues no le importaba atacar por la espalda. En los bajos fondos se le conocía por Skukarman o Cecil Landan, aunque adoptó muchos nombres haciéndose pasar por hombre de negocios con su capacidad de embaucar a cualquiera y su mirada de científico loco.


En 1924 sale su fotografía en el Suplemento al Diario Sydney NSW Policía de Skukerman y se dice que ha sido detenido al hacerse pasar por hombre de negocios para fraudulentamente conseguir todo tipo de mercancías. Tenía 32 años y muchos hurtos detrás de sus espaldas pero sólo fue sentenciado a 1 año de prisión. Sus estudios y buena letra eran solicitados para escribir a familiares dentro de la cárcel.


Fotografía tomada el 25 de septiembre de 1924 en la Estacion Central de la Policía de Sidney.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.

martes, 28 de mayo de 2013

Abuelos malos 10: William Cahill



Poco se sabe de la ficha policial de William Cahill. Aquella noche del 30 de julio además de borrachín, pendenciero y amante de las mujeres fáciles le tocó estar en el antro inadecuado. Aquella noche la policía realizó una redada en varios locales de los bajos fondos de Sidney y William estaba en uno de ellos, pegado a su botella de whisky, impecablemente vestido, rodeado de dos mujeres que rápidamente salieron corriendo al irrumpir la policía en el local clandestino.



A William le gusta ir a la última moda, era pequeño, pero ágil para correr. Vestía en el momento de su detención un traje de nuevas telas, talle alto por encima del ombligo y con un corbatín que se había puesto de moda ese verano. En comisaría William no había caído muy bien, por mala suerte, se llamaba igual que el veterano jefe de policía William Cahill, toda una institución local. Al llegar todavía borracho y pronunciar su nombre, los agentes creyeron que se trataba de una broma y a William le costó algún día más de calabozo.




Fotografía tomada el 30 de julio de 1923 en la Estacion Central de la Policía de Sidney.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.

lunes, 27 de mayo de 2013

Abuelos malos 09: Gilbert Burleigh y Joseph Delaney



Gilbert Burleigh trabajaba de barbero en un hotel de Darlinghurst en Sidney. Por el día un afable barbero, de espuma suave y navaja rápida. Por la noche un gato de manos largas que se metía en las habitaciones de los huéspedes con las llaves, entre otras cosas, que les robaba mientras dormiteaban en su silla de barbero con su locuaz labia. Un huésped lo pilló mientras vaciaba su maleta mientras el dormía a pierna suelta en la mugrosa habitación del hotel. Ocho años después aparecía en la gaceta de la policía después de recuperar su libertad. Sus dedos seguían ágiles y en la cárcel muchos cuellos habían pasado por el filo de su navaja dejándose afeitar por sus manos.


Joseph Delaney era un ágil compañero de Gilbert, uno pasaba la información y otro se dejaba deslizar por los pasillos con pies de gato y aguantando la respiración para que no se notara su presencia. El 27 de agosto de 1920, cuando fueron detenidos, pillaron a Joseph con una caja de cigarrillos, un cepillo, un reloj y una cantidad de prendas de vestir sin concretar de un par de habitaciones. Lejos quedaban su regreso de soldado australiano o su intento de ser bombero, lo ajeno le llamaba mucho más.


Gilbert posaba ante el fotógrafo con su cara de bueno, su pelo perfectamente recortado y sus ademanes de barbero impoluto. Joseph era puro nervio, rara vez sacaba las manos de los bolsillos y su timidez contrastaban con los fraudes y las conspiraciones de las que le acusaba la policía. Un mes más tarde se le acusó además de estar a punto de fugarse tras salir por una fianza. Entraron amigos, pero no lo salieron tanto, Joseph nunca perdonó a Gilbert su detención.



Fotografía tomada el 27 de agosto de 1920 en la Estacion Central de la Policía de Sidney.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.

viernes, 24 de mayo de 2013

Abuelos malos 08: Frank Murray



Frank Murray, más conocido en los prostíbulos y bares de mala muerte como Harry Williams, no pasaba fácilmente desapercibido. A primeros de febrero le habían detenido tras robar y saquear unos almacenes, había sido demasiado lento, algo muy propio en él, que era de vocación tranquila y poco dado a violencias innecesarias. Su pelo era muy característico, casi tanto como él, se elevaba sobre su cabeza destacando su presencia por encima de otros detenidos cuando se repartía el rancho en la prisión.


Casi un mes después de ser detenidos, en marzo de 1929 fue condenado a 12 meses de trabajos forzados. La sentencia le preocupaba, no tanto por el tiempo que para su paciencia era pan comido, como por su afición a frecuentar camas de prostitutas y a dejar sus dientes sobre la mesa de bares donde el alcohol corría como la espuma en las inmediaciones de Haymarket, en una ciudad repleta de sombras y navajas afilidas.


Toda su vida transcurrió así, con pequeños robos que le llevaban y traían de la cárcel a los bajos fondos del Chinatown de Sidney y de media luna de calles desordenadas, con casas pegadas las unas a las otras, fábricas viejas que pasaban por Balmain, Pyrmont, Glebe, Annadale, Newtown, Redfen, Chippendale y Surry Hills en todo el perímetro de Darlinghurst, allí las prostitutas le esperaban y le amaban cuando llegaba con los bolsillos llenos de billetes.



Fotografía tomada el 4 de febrero de 1929 en la Estacion Central de la Policía de Sidney.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.

jueves, 23 de mayo de 2013

Abuelos malos 07: De Gracy & Edward Dalton



De Gracy tenía una mirada de las que no se olvidan, en las noches oscuras clavaba los ojos en sus enemigos y muchos salían corriendo de miedo. Enjuto y flaco, amante de drogas y experto en la extorsión. Elegante, siempre elegante, con su sombrero de terciopelo, solía visitar los burdeles de la 253 de Liverpool Street y en el hotel cuyas paredes se manchaban más de sangre, el Armas Hotel, punto de encuentro de los bajos fondos de Sidney. De Gracy tenía poco miedo a nada, cuando no tienes más que una mirada, hay poco que ver más allá del día a día.


Edward Dalton llevaba en su propia cara el recuerdo de la violencia de las calles que frecuentaba, cuando se promulgó la ley en la que se prohibía llevar armas de fuego sin licencia, las navajas de afeitar se convirtieron en un elemento más que persuasivo para cobrar deudas. Edward no pagó una y llevó el recibo de su deuda marcado en la cara durante la poca vida que vivió. Por suerte, el corte no le arranco el ojo, sabía de otros que no podían decir lo mismo. Su breve vida siguió transcurriendo entre la cárcel y los bajos fondos de Razorhurst.


Fotografía tomada alrededor de 1920 en la Estacion Central de la Policía de Sidney.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Abuelos malos 06: Joseph Messenger y Valerie Lowe



A pesar de su cara de niño bueno, su mirada lánguida y su aspecto frágil, Joseph Messenger tenía por costumbre llevarse lo que no era suyo, aunque él, cuando lo hacía, pensaba todo lo contrario. A comienzos de 1920 empezó toda una carrera entrando y saliendo de cárceles por delitos que cada vez iban en mayor aumento, pero su cara de niño bueno seguía siendo la misma, como sino hubiera roto nunca ningún plato. Pero Joseph nunca estuvo solo.



En todos sus pasos, además de a la cama le seguía Valerie Lowe, una joven chica australiana que había querido salir de su pueblo para conocer mundo y vivir de otra forma muy diferente a la que lo hacía su poblada familia. Se arrojó a los brazos de Joseph en busca de su sueño, y Joseph no le defraudó en su promesa de cambiar de vida. Ya un año antes de estas fotos, en 1921 fueron detenidos por entrar a la fuerza en un almacén del ejército australiano y robar las botas y los abrigos de los soldados por un valor de 29 libras y 3 chelines. Habían probado los calabozos de la cárcel y tampoco estaban tan mal, la calle era peor.




Al año siguiente, justo cuando se tomaron estas fotografías, les habían detenido al encontrarlos robando en una casa, Joseph se encargaba de llevarse las cosas pesadas y Valerie de buscar por todos los escondrijos. Les acusaron de allanamiento de morada. La policía busco a los dueños de la casa en la que habían entrado a robar y al no encontrarlos fueron retirados los cargos finalmente. Joseph y Valerie volvieron a la calle y volvieron a buscarse la vida, para una que les pillaba la policía, ellos ya habían hecho veinticinco.




Ese mismo año de 1922, a finales, les llevó de nuevo a prisión, ahora por robar una silla y el freno del hipódromo de Rosebery, algo muy comentado en la prensa. Desde entonces la pareja inseparable comenzó una carrera delictiva en los barrios bajos de Sidney, formando pandillas y cotizándose como criminal experimentado y sin escrúpulos. En 1923, Lowe fue declarado culpable de irrumpir en una casa en Enfield y el robo de dinero y joyas por valor de 40 libras. Entró en el NSW Penal el 16 de julio de 1930, como el preso número 171. De Valerie ya nada se supo, pero seguramente le esperaba a que saliera detrás de la puerta o le intentaba pasar comida dentro de la prisión, para poder ver los ojos de niño de Joseph.




Fotografía tomada el 15 de febrero de 1922 en la Estacion Central de la Policía de Sidney.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.

martes, 21 de mayo de 2013

Abuelos malos 05: A.H. Low



A.H. Low tenía una extraña habilidad, sabía estar en el sitio incorrecto en el momento incorrecto. Habilidad que potenciaba con su gusto por el alcohol y las mujeres, el problema, que pocas veces tenía dinero. Así lo detuvo la policía aquel día, se efectuaba una redada en uno de los barrios más sucios de la ciudad y A.H. Low estaba allí como no podía ser de otra forma.


Llegó a la cárcel desaliñado, con abrigo largo, varias chaquetas mal atadas, pantalón caído y sombrero, tal y como lo encontraron. Para él nada era nuevo, bastantes veces antes había recorrido esos mismos pasillos y caminos de prisión, pronto saldría y volvería a estar en el sitio incorrecto y en el momento inadecuado, ese era su sino.


Fotografía tomada el 31 de mayo de 1928.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.

lunes, 20 de mayo de 2013

Abuelos malos 04: Eugenia Falleni



Encima de la foto que le hicieron en la ficha policial de Nueva Gales del Sur de Australia, escribieron Eugenia Falleni, pero horas antes, el había entrado diciendo que se llamaba Harry Leon Crawford. Aquel 5 de julio de 1920 le habían detenido mientras Harry trabajaba en un hotel de Stanmore como limpiador, su vida era aparentemente perfecta, estaba casado con Elizabeth King Allison y nada parecía pronosticar que un día la policía lo iba a detener para asombro de sus jefes y del director del hotel.


Tras ingresar en la comisaría se le acusó de haber asesinado a su anterior mujer, Annie Birkett. Harry agachó la mirada y su cara se quedó compungida y sin alegría. Annie había sido declarada desaparecida por Harry tres años antes, curiosamente al mismo momento en el que Annie le había dicho a un familiar que habia descubierto algo sorprendente sobre Harry. Él lo negó todo y pregono a los cuatro vientos y a todos los vecinos que se había fugado con un fontanero.


El hijo de Annie Birkett, de un anterior matrimonio, tras aparecer el cadáver de su madre en 1917 en lugar conocido como Lane Cove, acusó directamente a Harry y la policía inicio sus investigaciones. Las pruebas eran irrefutables, Harry llevó a su mujer a un lugar apartado, lejos del pueblo, el 28 de septiembre de 1917 después de unas ferias, allí le dio una tremenda paliza hasta dejarla inconsciente, después le prendió fuego al cuerpo de Annie y despué´s se deshizo del cuerpo enterrándolo. Mientras la policía le preguntaba a Harry se le venían muchas imágenes a la cabeza y aunque no contestaba a las preguntas se callaba ocultando un gran secreto.


Realmente Harry era Eugenia Falleni, una mujer y no el hombre que ella creía ser. De origen italiano había llegado a Australia a finales del siglo XIX pasando por Nueva Zelanda en 1898. Después de que la policía descubriera su secreto y la acusaran formalmente de asesinato, confesó que llevaba durante 20 años fingiendo ser un hombre, había conseguido así engañar a todo el mundo, y como ya sabía la policía se había casado en dos ocasiones. En la ficha policial consta un apunte en el que su segunda mujer, Elizabeth, cuando se entero de la verdad dijo: "siempre me pregunte por que era tan terriblemente tímido" y que le faltaba un dedo meñique. Eugenia tenía en la foto 45 años.


Después de confesar, antes de que le llevaran a la cárcel de hombres, solicitó a la policía que le llevaran a las celdas de mujeres y que no le dijeran la verdad a su esposa. La verdad es que Eugenia había comenzado a disfrazarse de hombre para conseguir trabajo como marinero, siguió con la fingida fachada de vida masculina, pero entre medio llego a tener hasta un hija, Josephine, que dejo al cuidado de una familia diciendo que su madre había muerto. Su primera mujer, Annie, era una viuda a la que consiguió embaucar con su timidez y poco apetito sexual, se casó con ella en febrero de 1913, y tras descubrirle, la mató sin ningún escrúpulo.


Entre las pertenencias que llevaba al entrar en la cárcel en una vieja maleta, se encontraba un objeto de madera y goma con forma de pene que utilizaba para fingir sus relaciones sexuales y como bulto entre sus pantalones. Se celebro un juicio en octubre de 1920, muy famoso en su época, se le llamó el juicio de "hombre-mujer", el pleito se alargó durante dos días y Eugenia fue condenada a muerte por el delito de asesinato a su primera mujer, le delataron su actitud después del asesinato al dedicarse a beber sólo y vender todos los muebles de la casa, ella lo negó todo siempre. Posteriormente se le conmuto la pena por cadena perpetua por su mala salud con largos periodos en el Hospital Costa y Hospital Gaol y salió finalmente de la cárcel de mujeres de Long Bay en febrero de 1931, con el nombre de Jean Ford, pero en 1938 fue atropellada mortalmente por un coche en Oxford Street. Por suerte, ya no tendría que fingir ni un momento más.


Fotografía tomadas el 5 de julio de 1920, la primera, y la última en 1928.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.

viernes, 17 de mayo de 2013

Abuelos malos 03: Craig Thomas, Raimond Neil, William Thompson y F.W. Wilson



Craig Thomas todavía no sabía bien que hacía en aquella casa, aquel día, nunca había sido un hombre al que podríamos llamar bueno, pero tampoco era de los peores, su golpe de derecha le abría puertas en el hampa de Sidney. Había acudido a una casa de Ridley Street, había mujeres y alcohol, y con un poco de suerte de madrugada algún robo. Cuando los policías le detuvieron le encontraron dormido, acompañado de una prostituta y preguntándose que había pasado. Desde esa detención no volvió a levantar la cabeza.


Raymond Neil, llamado el pistolero Gaffney, ya había sido detenido hacía poco tiempo cuando justo había cumplido 27 años. Aquella vez, un tiroteo indiscriminado en la calle Loveaux acabó con él detenido, dijo que era un obrero, pero le pillaron la pistola que portaba sin licencia para su uso, la policía le reconocía como el líder de una pandilla de criminales en Surry Hills, pero el Sr. Laidlaw tan sólo le condenó a sis meses de prisión con trabajos forzados y una multa de 1oo$. Ahora seguramente no saldría tan pronto de la cárcel, pero al menos se curaría su brazo roto.


William Thompson tenía que potenciar su mala leche para hacerse respetar, los grandullones se metían con él por su pequeño tamaño, pero era rápido disparando y todavía más para no sentir remordimientos. Jamás demostraba cualquier debilidad y pocos le aguantaban la mirada rara que le había quedado tras un golpe en el ojo, uno se le quedaba abierto y el otro se le cerraba dejando una mirada afinada.


F. W. Wilson era conocido por su fortaleza, antes de dejarse detener había arrasado con alguno policías por delante, siempre procurando que su sombrero no se estropeara ni un poquito. Tenía muchas peleas detrás de sus espaldas y otras tantas le esperaban en prisión, su mal carácter y su manía por no ceder le granjearon muchos problemas y bastantes ventajas.


El 25 de enero de 1928 un montón de policías irrumpían en una casa situada en el número 74 de Riley Street, en la zona baja de Darlinghurst, en Sidney. Al mando de todos ellos el jefe de policía Bill Mackay que quería ganar puntos para ascender a comisionado. Tras derribar la puerta, algún tiro sonaba en el ambiente, las botellas de alcohol se rompían contra el suelo al tirar las mesas y las prostitutas se escondían donde podían. Unos se entregaban dándose cuenta de la situación, otros como el pistolero Gaffney, se negaban a ceder su libertad sin algo de pelea. Al final 15 hombres y mujeres detenidos e imputados de múltiples cargos. La casa se quedó vacía por un tiempo.


Fotografía tomada el 25 de enero de 1928.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.


jueves, 16 de mayo de 2013

Abuelos malos 02: Albert Stewart Warnkin y Adolf Gustave Beutler



Albert nació en 1873, su infancia no fue de las que aparecen en los cuentos. Abusos y cuartos oscuros en los que el miedo era el dueño no le hicieron ningún bien, le hicieron mucho peor. El 14 de mayo de 1919 en Hodsworthy, en New South Wales, Australia, muy cerca de Sidney. Le pillaron con una niña unos vecinos y si no es por la policía tal vez habría acabado allí su camino de perversión. El 29 de octubre de 1919 fue nuevamente detenido en New South Wales. El 10 de noviembre perseguía a una niña de ocho años, Albert tenía 47, en la ficha policial escribieron "intento de conocer carnalmente a una niña de ocho años". Su cara no parece negarlo, a pesar de su bondad aparente, el demonio vive por dentro.


Adolf Gusteve Beutler, tampoco había tenido una infancia fácil, sus gustos de niño pequeño no coincidían con los propios de su sexo, y a base de reglazos y puñetazos no se lo consiguieron cambiar. Ya con 51 años no le preocupaba el qué pensarán, se dejaba llevar por sus instintos y nadie se lo quería admitir en una sociedad que lo utilizaba y luego lo repudiaba. La obscenidad de Adolf era en cierta forma la de su misma sociedad. En una redada en las calles de Sidney lo detuvieron y lo metieron en la misma celda de Albert Stewart. Dos vidas muy distintas y una infancia igual de rota.


Ambos dos posaban para el fotógrafo, agarrando sus sombreros, uno con corbata y otro con pajarita, uno serio y otro medio sonriendo. A Albert le cayeron 30 años de trabajos forzados, a Adolf 500$ de multa y unos días arrastrándose por las celdas de la comisaría.


Fotografía tomada el 18 de octubre de 1920.

Estas fotos forman parte de una serie de alrededor de 2.500 fotografías catalogadas como "especiales" encargadas por el Departamento de Policia de Nueva Gales del Sur (Australia) entre 1910 y 1930. Fueron en su mayoría tomadas en las células en la Estacion Central de Policía de Sidney y estan tomadas en los momentos cercanos a su captura y al contrario que las tipicas fotos policiales reflejan la humanidad o maldad de los detenidos.

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