lunes, 15 de abril de 2013

Los topos errantes III: Teruo Nakamura



Teruo Nakamura
8/10/1919 - 15/06/1979
Fue el último soldado japonés en aparecer después de acabada la segunda guerra mundial, pero su origen taiwanes, le hizo que no disfrutara de los honores que recibieron sus otros dos compañeros anteriores. Mientras Japón había tomado Taiwan, Teruo fue obligado a ingresar en la Unidad Voluntaria Takasago del Ejército imperial japonés en 1943, que tenía muy poco de voluntaria. Lo mandaron a la isla de Moratai en Indonesia para luchar como soldado.


Al poco de llegar sufrió el ataque de los aliados en septiembre de 1944 en la Batalla de Moratai. La isla rápidamente cayó en manos de los aliados y Teruo junto con otros soldados se escondió en la selva hasta bien entrados los años 50. Vivía junto con otros soldados y otras temporadas lo hacía en solitario debido a su propio carácter y al temor a una delación. En 1956 decidió renunciar a la resistencia con el resto de otros soldados, de los que creía que lo querían matar y poco a poco se fueron entregando.


Se preparó un terreno pequeño que adecentó para su cultivo y se construyó una pequeña cabaña de no más de 30 metros cuadrados, lo cercó y allí vivió durante muchos años, sin preocuparse de si la guerra todavía seguía o no seguía.


La cabaña de Nakamura fue descubierta por un piloto en 1974 de forma accidental y se informó a Japón a sabiendas de que Teruo todavía no había aparecido. La embajada japonesa en Indonesia mandó una expedición en noviembre de 1974 y Teruo fue apresado el 18 de diciembre de 1974 por las fuerzas indonesias. Fue hospitalizado y regresó a Taiwan después de pasar por Japón, pero el hecho de que no hablara ni japonés, ni mandarín y por su etnia no tener ni nacionalidad, le hicieron pasar sin pena ni gloria a pesar de pasar 34 años escondido en la selva.


Teruo Nakamura falleció cinco años después de ser liberado de un cáncer de pulmón, después de ver como era menospreciado en la pensión que le correspondía frente a Hiroo Onoda, ya que uno era oficial y el otro un soldado raso. Gracias a la polémica de los medios de comunicación el gobierno japonés se vio obligado a darle una cifra similar a Onoda.



Los topos autóctonos I
Los topos autóctonos II
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