jueves, 14 de octubre de 2010

Platera y yo



Cuando uno baja al jardín de su casa y contempla lo que veis se da cuenta que se ha teletransportado a otro mundo, lejos de las visiones urbanitas, lejos de los problemas del trabajo, lejos de los problemas de la vida, lejos de la excusa de la crisis, lejos del amor perdido, lejos de la rabia contenida y muy cerca del mar.


Platera -que así le llamé, como hacemos siempre que vemos un burro desde que Juan Ramón Jiménez le puso nombre al suyo- se acercaba a mi presencia y me miraba, mientras arropaba a su cría, otro asno permanecía más lejano contemplando la situación. Si la miraba fijamente podía llegar a entender la razón del poeta al dedicarle unos versos al pollino, aunque recuerdo mi insolencia infantil y mis risas cuando el profesor contaba como el poeta le dedicaba unos versos a un burro, había que ser muy burro para no entenderlo como lo entendía ahora unos (bastantes) cuantos años después.


Que bueno es parar, contemplar lo que tenemos alrededor, disfrutarlo y sentir que poco importantes son muchas veces los problemas materiales cuando se pueden vivir momentos tan diferentes. Lo que para un aldeano era la rutina de todos los días, al igual que para nosotros encender el ordenador todos los días, para mi era algo excepcionalmente vital, por suerte para el aldeano encender el ordenador todos los días no es ninguna experiencia vital ¿quién creéis que sale ganando?

2 comentarios:

  1. Es una pena que no aparezca la cría de asno, era una ricura y sí.. ya sé... me vas a decir que a todas las mujeres nos parecen una ricura todas las crías de animales y todos los bebés... Puede ser... pero... es que era una ricura... Qué le voy a hacer, soy mujer.
    Pero a parte de eso, es verdad, cómo unos kilómetros de distancia te hacen ver la vida de otra manera.

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  2. Tengo que decirte que la madre la tapaba y la protegía en esas fotos, aunque es la que se quiere ver en la tercera foto. Y sí, jamás entenderé que os parezcan todos los bebes preciosos, es un misterio de Cuarto Milenio por lo menos.

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