Un año más y ya van 79

Ayer mi padre celebraba su 79 cumpleaños. Tras un año pasado difícil, con hospitales y visitas a médicos mi padre se encuentra en un momento magnífico, ha recuperado su energía, y a pesar que su cuerpo no le permite todo lo que quisiera el tiempo le ha regalado con dos nietos que le llenan el corazón de momentos y tiempos que todo lo curan y todo lo sanan.

Desde aquel día frío de enero en el que nacía al calor de unas brasas en una habitación de una casa sencilla en Anguiano, hasta hoy, 79 años después, el tiempo ha marcado su vida. Una infancia dura, una juventud labrada a sudor y sueños, una madurez entregada a una familia y a dos hijos a los que entregó su tiempo y su trabajo, con poco pedir y mucho dar, y por fin una vejez con la alegría de sus nietos.

No pudo faltar un regalo y su reacción de siempre, ese "yo no necesito nada", "a mi no me tenéis que regalar nada", que dejaría chafado a cualquiera que no lo conozca y que a los que lo conocemos nos hace gracia que siga inalterable en el tiempo.

No hay mejor regalo que le hayamos podido dar con el tiempo a mis padres que unos nietos que les hacen volver a esa infancia, que por nacer en tiempos difíciles, el tiempo les arrebató una sonrisa que hoy nadie les puede quitar.

Felicidades padre por lo que tengo de ti y por todo lo que todavía me tienes que enseñar.