jueves, 31 de marzo de 2011

Multa con nocturnidad y alevosía



Hace ya unos días, en febrero, me tocó ir a currar un poquito temprano, necesitaba tranquilidad y a las tres y media ya estaba en la oficina, di unas vueltas para aparcar el coche, y no había ningún sitio, difícil era esperar a que saliera alguien, así que en la calle de la oficina, una calle poco transitada y con una acera de por lo menos cinco metros de ancha dejé el coche para luego a partir de las seis o seis y media mirar si quedaba un sitio libre.


Y así lo hice, pero mis ojos se quedaron perplejos al ver que a las seis de la mañana tenía un papelito rosa en el parabrisas del coche, mi corazón palpitó y palpitó, ¡malditos!, pensé, no podía ser verdad, pero lo era, a las 4,17 un señor agente había entendido que obstaculizaba el tránsito peatonal que había en la calle. Miré a la izquierda y miré a la derecha y la calle seguía tan vacía como en el momento que había dejado el coche, ¡malditos! y otras cosas peores mascullé entre dientes. Por mi cabeza vinieron mil imágenes imaginándome si el agente que me había puesto la multa se aplicase el mismo celo de conducta a sí mismo. ¡…………! (los puntos suspensivos sustituyen a los dibujos de calaveras y bombas que salían de los bocadillos de Mortadelo y Filemón cuando el Súper les perseguía).


Pero lo peor de todo es que el otro día se volvía a repetir la situación, volvía a trabajar temprano y nuevamente no había un sólo sitio en varias manzanas, eran las cuatro de la mañana, la gente seguía sin agolparse por las aceras, a pesar de la opinión del señor agente. Desesperado y sabiendo que nadie saldría en las próximas horas, no quise que volviera a sucederme lo mismo y dentro de la oficina escribí una nota que dejé en el parabrisas del coche. Perdón por la suciedad del cristal de coche, pero el flash de la cámara resultó implacable.


Cruce los dedos y esperé que el agente puntilloso estuviese de permiso, y cuando a las seis salí a buscar sitio todo seguía igual, no había multa y el papel seguía en su sitio, con errata incluida ya que el número de la oficina es el 8 y no el 7, lo siento soy de letras. No sabré nunca si el agente pasó y lo leyó y le di pena o para mi suerte no pasó ese día, pero sólo espero que hasta en los agentes de policía muchas veces se emplee más que el sentido de la autoridad el sentido común, tan escaso en estos días.

2 comentarios:

  1. Mal año este para pedir sentido común a la autoridad con capacidad recaudatoria.
    pero dime, ¿te quedan puntos en el carnét? jejeje

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  2. Por suerte no he perdido ninguno, esta creo que es mi segunda multa, lo cual no está mal.

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