miércoles, 9 de junio de 2010

No cambié, no cambié



¿Las personas cambian? Nos pasamos el día intentando mejorar -o eso creemos- pero ¿realmente se producen cambios? Si nos miramos hacia dentro yo creo que todos pensamos que cambiamos, pero un significante avance nuestro es percibido como un insignificante avance para los demás, es por tanto el cambio una cuestión de percepción más que un dato objetivo. Si analizo mi vida y me recuerdo de niño a joven y de joven a ente desconocido yo me veo que he cambiado, pero tal vez, si le pregunto a mi madre ve al mismo niño que cuidó. A mi me parece que mi hermano siempre ha sido igual, espíritu ganador, controlador, trabajador, muy su-yo, yo, yo y yo, organizador, etc. Siempre que planificamos algo él ya lo tiene todo organizado sin haber consultado con los demás ya sabe dónde hay que ir, que hay que hacer, a que hora levantarse…, pues bien, yo le veo esta actitud desde que éramos niños, había que jugar a lo que él quería -por eso casi siempre jugaba sólo con mis "indios" y con mis pistolas dibujadas en cartón-, el tenía que ir en el centro del coche…, pero él cuando se mirará a si mismo estoy convencido que creerá que ha cambiado en muchas cosas y en matices que para él son importantes. Por lo tanto, la palabra cambiar si la aplicamos a uno mismo se mide en milímetros de cambio pero si la aplicamos a los demás esperamos que avancen centímetros o metros.

Pero si esto es así, porqué prometemos algo que no vamos a cumplir, hay gente que se compromete a cambiar con la expectativa del otro, es decir, que se compromete a cambiar centímetros o metros, tarea que de querer conseguir exige un gran esfuerzo y sacrificio que muy pocas veces se está dispuesto a asumir. Compartir con alguien algo, supone mediar, supone consensuar y una vez aprobado llevarlo a cabo, pero ¿y si para eso hay que cambiar? ¿para qué consensuar o prometer algo que sabemos que no vamos a cumplir?

Sinceramente yo pienso que el cambio tiene más que ver con la capacidad de sufrimiento o de no-comodidad, la mayoría de gente que reconoce que va a cambiar es por que se da cuenta de que tiene superar alguna pequeña o gran dificultad, y es en ese momento cuando se es consciente de que no se puede seguir así, cuando se promete que se va a cambiar, pero pasadas dos horas ya se ve todo distinto, la conversación se empieza a diluir en el cerebro y ya se tienen dudas de si hay que cambiar, pasadas cuatro horas las dudas son realidades y pasadas ocho horas se defendería que cambie el otro que yo no tengo nada que cambiar. Hace poco en un programa de Redes explicaban como el cerebro tiende inconscientemente a la comodidad, lo cómodo implica seguridad, un "no problem", cambiar implica un camino hacia algo desconocido y la masa gris aplica el freno de mano, pero, ¿desde cuándo le hacemos caso al cerebro? también nos dice que hagamos más ejercicio, que no comamos ese helado que nos va a engordar,… y ahí no le hacemos ningún caso.

Creo que si algo merece la pena hay que cambiar centímetros o metros, las dificultades empezarán a no serlo y el que está a tu lado se sentirá orgulloso. Es lo mismo que cuando hacemos dieta, sólo si somos perseverantes y no-cómodos lograremos el resultado de centímetros, si nos repetimos constantemente "bueno tan poco estoy tan gordo-a", "por un pastelito no pasa nada",… es cuando actúa nuestro cerebro en modo "comodity". Por mi carácter no me gustan las personas que prometen y no cumplen sin ni tan siquiera haber peleado.

Una amiga recientemente tenía este problema con su pareja, él tiene un problema grave que tiene que cambiar, por lo demás, el 95% de su tiempo es un tipo genial, tras darle diferentes oportunidades y no conseguir nada de cambio le aconsejé que después de charlar y llegar a un consenso lo pusieran por escrito para recordar lo pactado, pero no había pasado ni un mes y ya la había vuelto a hacer, el órdago estaba echado, si le perdona, la lección no está aprendida y se volverá a repetir, si no le perdona habrá perdido el 95% de una persona estupenda que le llenaba plenamente. ¿Qué hago ahora, David? me pregunta, -y yo que sé- le respondo. Me recuerda tanto, a veces, a mi propia vida.

"Las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas" Paulo Coelho

Tal vez como cierre me quedo con el mensaje de esta frase, cambiar es evolucionar y mejorar, pero para ello, hay que proponerselo en serio, de verdad, de corazón; de otra forma se genera una impotencia y rabia en las personas que están al lado que no hace otra cosa que complicarlo todo, pero si no funciona y los demás no cambian, tal vez tenga que cambiar yo.


2 comentarios:

  1. A veces, no es tanto cuestión de cambiar como de aceptación de uno mismo y a partir de ahí de mejorar. El problema es que hay personas a las que les lleva toda una vida aceptarse y otras no lo consiguen nunca. Aceptarse a uno mismo con sus cosas buenas y malas implica aceptar a los demás con sus cosas buenas y malas y al final la balanza, por lo menos en mi caso, siempre se inclina hacia lo positivo. Lo importante es ir encajando las piezas que a veces se rozan para que esa fricción sea positiva. Y no vamos a prometer lo que no se puede cumplir. Vamos a ser más honestos, por lo menos con nosotros mismos, no?

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo con lo que comentas pero principalmente en la frase inicial -…y a partir de ahí mejorar-, eso es cambiar, el problema es que yo creo que nos pasamos la vida no aceptándonos como somos sino autocomplaciéndonos con el presente que vivimos. Depende en que momento nos miremos cómo somos mejoraríamos unas cosas u otras. Lo importante no es cómo somos sino cómo seremos mañana.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...