martes, 30 de agosto de 2011

Camino de Posada



Una vez que habían dado las 9,30 de la mañana me cogía la bici en silencio para que no se despertaran ninguna de mis dos chicas, y aprovechando que no hay mucho tráfico a esas horas me acercaba hasta Posada, un paseito, apenas estará a unos 2 kms. de distancia.


La carretera no es que sea lo más segura del mundo, en teoría está limitada a 40 kms. por hora, pero raro es el coche que no va a 70 kms. o más. En las horas de ir a la playa o de vuelta está muy transitada, así que intentaba evitar estos horarios ya que no hay ni arcén.


A la altura del primer desvío a Posada, en frente de un restaurante, tomaba la cuesta que sube hasta la iglesia y pasa por el cuartel de la guardia civil, si había que sufrir una cuesta mejor subirla cuanto antes. Al final de la cuesta me espera mi tienda retro favorita de Posada, "Persinas Minguito", con su célebre cartel: "ESTOY FUERA, de 6 a 8 de la tarde, FIJO QUE ESTOY", no aclara si es que durante esas horas fijo que está fuera o si en esas horas es en las que está abierto. Lo cierto es que durante todos los días que he pasado sólo uno he visto abierta la tienda y puedo decir que el interior era digno del nivel decorativo del escaparate.


Arriba en lo alto del pueblo está la iglesia de Posada, una iglesia tardía y popular pero que corona todo el pueblo, desde allí arriba la tranquilidad impide ver muchas veces todo el barullo que se cuece en el pueblo con los turistas y los que bajan de otros pueblos.


Desde arriba se ve la carretera por la que he venido y el cruce que tomo antes de llegar al restaurante-bar. Todo se tiñe de verde y los chalecitos emergen como setas de los cercados.


Doy una vuelta a la iglesia y sigo viendo el pueblo desde arriba, una iglesia rodeada de verde, con poca gente, cerrada a cal y canto y con un anexo repleto de bancadas de vieja escuela.


Las casas se saltean en el paisaje y desde arriba sólo se ven tejados naranjas, paredes blancas y terreno verde por todos los lados, casitas y casitas llenas de vida casi todo el año.


Al fondo detrás de estas casas las playas de Niembro.


Al otro lado del pueblo y sobre la carretera se ve la gasolinera y justo al lado se encuentra el supermercado de El Árbol. Al fondo Bricia. Desde aquí me tocaba ir a comprar.


Para terminar, antes de salir un cartel que tiene mucha guasa, no se sabe si se refiere a las personas o a los animales.

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