jueves, 26 de agosto de 2010

Las Porrufiestas



El 8 de agosto fuimos a Porrua a tomar algo y coincidió que eran fiestas. Nada más llegar conseguimos aparcar y nos integramos con el pasacalles que se hacía en el pueblo, parecíamos uno más de los muchos porruanos que allí estaban. Los trajes de llaniscas hay que reconocer que son muy bonitos.


Como en todas las fiestas que se precien siempre tiene que haber uno tirando cohetes y cohetes, lastima que sólo le pillé con el humillo.


De las calles fuimos dirección a la iglesia, allí se metieron todas las padereteras, momento que aprovechamos para tomar "una Mahou si puede ser" y vimos que habían reformado el bar del casino de Porrúa que ahora se llama La bolera, le han quitado todo el encanto que tenía antes (tampoco tenía mucho más que el de ser viejo).


La juventud del pueblo ocupaba la zona alta del bar, espero que atisbando a las chatis.


Nuestro querida furgoneta de los chuches y los juguetes también estaba en Porrua (la de kilómetros que hacen madre mía) aquí como era más de día los niños tiraban ampliamente de sus padres para arrastrarlos y que les compraran algo.


Quien no ha comprado algo de lo que hay aquí: triskys, pajitas, patatas fritas, palomitas, gusanitos, pipas y gominolas de todos los gustos. ¿Qué es eso del Castañazo? Os habéis fijado en el martillo que todavía se vende.


Salieron de la iglesia en procesión y con los panes que llevan en todos estos pueblos en ofrenda ¿qué harán con ellos cuando acaba la fiesta?


Los primeros que salieron fueron los niños y como diría Ana "para comerselos", a diferencia de los adultos no llevaban ni dos el ritmo de las panderetas, pero a los niños se les perdona todo.


Aprovechamos para ver la iglesia de Porrua que nunca la había visto por dentro y pudimos ver que estaba todo lleno de mujeres, no había ningún hombre, me recordaba a la iglesia de Leache en la que las mujeres se sentaban todas juntas detrás y los hombres delante, de "Cuéntame" vamos.


Y ¿dónde estaban los hombres? pues en el bar, como no podía ser de otra forma, bebimos unas cervecitas, contemplamos a los solteros que salieron vestidos con sus mejores prendas y algunos afectados por el vermuth tempranero casi montaron una discusión. De ahí nos fuimos a casa que ya habíamos hecho hambrecilla, es lo que tienen las Mahous.

2 comentarios:

  1. Los panes, creo, porque una vez lo vimos en LLanes, luego los cortan en pedazos y los reparten para comérselos.
    ¡¡¡¡Qué encanto tiene Porrua!!!!

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  2. Y si los reparten como nos fuimos, por dios!!!!!

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