sábado, 28 de agosto de 2010

Las rabas que eran calamares



Desde Cué nos acercamos a Llanes a continuar con el vermuth mañanero para hacer hambre, como ya os he contado en otros mensajes el puerto de Llanes está todo levantado y en obras, y como podéis ver no se andan con chiquitas, veremos a ver que tal nos lo dejan.


Y toda la obra llega hasta el puerto nuevo, ójala dejen algún acceso más sencillo para cruzar de un lado al otro del puerto.


En uno de los lados estaba una promoción muy particular, los de www.queremoshacerunapeli.com una acción interesante para promocionar e intentar conseguir la financiación para hacer un largo de una productora cántabra, el chico que nos explicó como funcionaba nos lo explicó muy claro y te dan ganas de participar en el proyecto, te puedes informar de todo en la web.


El camión espectacular, ¿no te parece Josema?



Os dejo con el teaser de la película, cuando lo vi se me quitaron todas las ganas de participar en la promoción, lo siento por ellos pero creo que al final fallan en lo más importante, la película, al menos a mi no me enganchó.


Algo que me produce mucha curiosidad en Llanes son las hojas de defunción, es un detalle que a los que somos de fuera que las tradiciones del pueblo de toda la vida se siguen manteniendo, también pasa lo mismo en otros pueblos como Quintana o Posada.


Uno de los lugares míticos en Llanes es la sidrería del árbol que llamamos nosotros, aquí caen a lo largo de todo el verano unas cuantas sidriñas, lo malo es que hay mucho niño correteándote entre las piernas. El suelo al final de la noche se queda con una buena capa de sidra-mugre de la que va salpicando a lo largo del día.


Otros dos bares típicos se encuentran al salir de la sidrería del árbol, el que se ve en la foto no es apto para borrachos, ya que las mesas están en cuesta y como lleves unas copas de más puedes tender a buscar el verdadero sentido del equilibrio. En la plaza que queda -enfrente hay una tienda de ropa muy chula ¿que tal la camiseta, Raquel?- suelen tocar grupillos callejeros que le dan un muy buen ambiente. El otro bar es el de las maquinitas, que se queda a la izquierda de la fotografía, nunca nos ha bustado mucho el jefe de este establecimiento ya que no trata con mucha educación a los empleados, casi todos sudamericanos y no me quiero imaginar lo que les pagará. Allí paramos a tomarnos una sidriña Ana y yo y unas cervecitas con limón la Vane y Arturo, les aconsejé pedirnos unas rabas que las hacen muy buenas, pero cual fue nuestra sorpresa que nos sacaron unos calamares a la romana, como que no hay diferencia ni nada, mal detalle.

4 comentarios:

  1. Ahora, teniendo el pedazo escanciador de sidra que tenemos en casa que se quiten las maquinitas de este bar, no Raúl?

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  2. ¿El qué arregló Pedro, y que nosotros habíamos dado por muerto?

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  3. Sí, ese, como manitas no tenemos precio

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