Mamáribel

Hoy es el cumpleaños de mi madre, mi parte más Goñi, gran parte de mi carácter, sin querer restarle nada a todo lo que me ha enseñado mi padre. Nació un 2 de junio de 1941, María Isabel Goñi, Maribel para todos nosotros, cumple hoy 70 añitos, felicidades mamá.

Todo empezó en un pequeño pueblo de Navarra, donde las carreteras ponen fin a su nombre y un grupo de casas se instalan al final de las llanuras de Aibar y Sangüesa para dar comienzo a las montañas que apuntan hacia Izco, el pueblo se llama Leache, un pueblo que siempre ha sido pequeño, reducto de casas que se agrupan en torno a familias como en la edad media. Allí, hace 70 años los llantos de una niña rompían el silencio a las cuatro de la mañana de un lunes, tras un duro día de parto para Angelita Loperena Salinas que comenzó desde el domingo. La lámpara de aceite justo iluminaba la escena de mujeres con trapos untados en agua caliente y con nervios latentes, en otro cuarto algunos hombres, entre ellos, el marido y padre primerizo, Máximo Goñi Moriones, al que sólo se le relajó el semblante con el tercer llanto.

Las sombras alargadas que proyectaba la luz sobre las paredes jugaban con la luna que se veía desde la ventana y que aquella noche iluminaba perfectamente los caminos. Ángela Loperena, agotada la tomó en su regazo y observó con miedo y susto una mancha rojiza sobre su mejilla y párpado del ojo izquierdo, "es un antojo, hija" le espetó la abuela de la recién nacida, la abuela María, ella era la única abuela que le quedaba, los padres de máximo Valentín Goñi y Nemesia Moriones ya habían fallecido, al igual que Ángel Loperena el marido de la abuela María, sí que estaba su segundo marido, Ignacio Zabalza que acompañaba a Máximo al que arropaban sus hermanas Visitación y Paulina. Tras el comprensible tiempo de prudencia y el miedo retirado del cuerpo, todos se fueron marchando, dejando la gran casa que se enfrentaba a la trasera de la iglesia vacía, pero con una habitación donde la luz de la llama jugueteaba con la noche y al entrar Máximo contempló a su niña tomándola entre sus brazos y soñándola con verla mayor. Quedaba poco para amanecer pero aquellos segundos fueron eternos.

Aquel 2 de junio de 1941 no hubo periódicos, en aquellos años los lunes no salía la prensa. En Madrid se reunía el II consejo nacional de falange, presidido por Serrano Súñer, mucho pelo engominado para atrás y todos bien uniformados, todavía en sus cabezas el triunfo de la sangrienta guerra pasada y sobre sus pechos brillantes medallas que acaban en pistola.

Se celebraba también que el 3 de junio hacía cuatro años había fallecido el general Mola, cabecilla de la sublevación militar de 1936 al mando del Ejército del Norte, principalmente en País Vasco y Navarra. Inesperadamente Emilio Mola falleció cuando su avión se estrelló en una colina de Alcocero cuando regresaba a Vitoria. Su muerte y la de Sanjurjo dejaron el camino libre a Franco para asumir el pleno poder.

Hitler se reunía con Musolini en Brenner durante más de cinco horas, Fuhrer y Duce se reunían por tercera vez en esa ciudad, frontera entre Alemania e Italia, después de cada una de estas reuniones nada bueno sucedía en otros lugares. Creta había sido tomada por el tercer Reich con paracaidistas, los ingleses de retirada con 100.000 bajas y el resto de países miraban desde los visillos de sus fronteras temiendo lo que iba a pasar mientras sucedían las acciones en el eje Mediterráneo y África del Norte.

Esa misma noche que nacía Maribel, los aviones alemanes, en nutridas formaciones atacaban el puerto de aprovisionamiento de Manchester. Sirenas, focos al cielo, violentas explosiones y grandes incendios que destrozaban almacenes y continuaban por la costa suroeste y sur de Inglaterra. Goering desde las radios daba ánimos a su aviación y Europa lo escuchaba sumida en una guerra que no había hecho más que comenzar.

En Irak se firmaban las cláusulas del armisticio angloiraqués con el cese inmediato de las hostilidades, la devolución de prisioneros por ambas partes y dejando todo como estaba para permitir el paso de las tropas inglesas en sus acciones contra los alemanes, no obstante las hostilidades continuaban al norte del país.

Mientras, Pío XII desde su ventana del Vaticano daba una alocución en el aniversario de la Encíclica Rerum novarum. Desde el Vaticano se indicaba que la iglesia tenía derecho a pronunciarse sobre los problemas sociales para indicar si las bases de la organización que los gobierna responden a los principios naturales y a la revelación divina, y acababa su discurso deseando que estos principios gobiernen desde ahora la futura organización del orden nuevo basado en la paz y en la justicia, que el mundo espera y tiene derecho a conseguir. Ante tales palabras Franco no dudó en felicitarlo.

En deportes se jugaban los partidos de la copa del generalísimo entre el Atlético-Aviación y la Real Sociedad; el Sevilla contra el Valencia; el Celta de Vigo frente al Oviedo; y el Levante contra el Español. Al baloncesto se jugaba en competiciones individuales, en la I Competición de "ases", donde ganó Ferrer entre 45 jugadores. Dominguín triunfaba en la plaza de toros de Cartagena, en Colombia, mientras en los cosos de España triunfa el torero baturro Villalta. En un partido amistoso en Las Corts, el F.C. Barcelona le endosaba 7 goles al Osasuna que justo consiguió marcar el gol del honor.

En Madrid se representa L'annonce faite a Marie, la famosa obra de Paul Caludel, por la compañía de Comedia francesa. Celia Gámez triunfa con Yola en los teatros y realiza el fin de fiesta de sus representaciones. Con los máximos honores se anunciaba la obra Napoleón, inspirada por el duce Benito Musolini y con el primer actor Guillermo Marín. Josita Hernán con Rafael Durán participan en la película de 1939 La tonta del bote de Gonzlo Delgrás, en los cines Barceló de Madrid; y en los cines Gong, La fiera de mi niña con Katharine Hepburn y Cary Grant en una película de Howard Hawks de las de toda la vida. En Barcelona, en el Coliseum Fuego en el océano y Piloto a la fuerza en el Kursaal.

Lilian Harvey llegaba a Barcelona procedente de Francia, llegó en muletas ya que se había dislocado un tobillo y partía esa misma semana para Nueva York y luego a América del sur para rodar películas en inglés y español. Se encuentra presentando su película Miquette.

El fósforo Ferrero hacía furor para controlar los nervios y los arrebatos violentos. La pomada Barachol era ideal para la sarna, evitando molestias y gastos, y siendo muy superior a cualquier imitación. El depurativo Richelet te protegía del desgaste del organismo y prometía una segunda juventud. La crema Tokalón prometía una receta de belleza célebre desde hace 30 años para lograr una tez impecable. Para los calvos el inigualable bálsamo "Pelosano", para los herniados "Hernius" y para las almorranas "Hemorroidil Ribalta".

Mientras en aquella casona grande los llantos de una niña retumbaban repartiendo sus ecos por todas las estancias, pulmones potentes anunciaban que algo nuevo pasaba ese día.

Felicidades de corazón, mamáribel.