Siempre me han asombrado como son las fachadas de algunas casas, igual paseas por una calle todos los días y nunca te fijas, hasta que un día gracias a una llamada de móvil, levantas la cabeza hacia arriba y miras lo que tienes enfrente y te sorprende, pestañeas, y vuelves a mirar, ciertamente es real lo que observas, sobre la fachada 9 ventanas, algunas de la misma madre pero de padres desconocidos y direfentes, 3 balcones de más a menos con diferente reparto de vidrieras, una puerta de hoja asimétrica y otra puerta que ya no existe.
Nada parece que encaja en el puzzle, hasta la calle que se inclina parece que lo hace adrede para incordiar. Los del primero grises de cristal con toques de azul, los del segundo dan en el blanco, y los del tercero, echan la persiana y tapian un cristal. La casa me mira y yo miro a la casa, pero no sé cual de los dos estamos peor. La casa irregular está en Vitoria-Gasteiz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario