Me pintan el mundo negro, todos los días los telediarios me bombardean con lo mal que están las cosas, a cada hora vivo un día a día que está cambiando, la gente se ha vuelto menos humana, todo lo marca el dinero y a toda costa todo debe tener un menor coste, lejos quedan ya palabras como fidelidad y compromiso con los que siempre estaban a tu lado, con los que te ayudaron a salir cuando a uno no le iban bien las cosas, por desgracia, ahora más que nunca el valor de las cosas se mide por cuanto vales en dinero. Me pintan un mundo negro que tal vez es negro.
Ante este mundo, uno tiene dos opciones, verlo negro como quieren que lo veamos todos, o ponerle chispazos de color, fijar una luz y no permitir que nadie me haga ver un color que no quiero ver. Cuando digo que así es como me gusta sentir lo que me rodea, me llaman optimista, con desdén, como si fuera algo malo, como si me negara a ver el resto del cuadro. Me dicen optimista como algo raro, como si lo normal fuera ser pesimista, me dicen que me auto engaño, que sólo pienso que todo va a salir bien y al final acaba saliendo mal, como si fuera mejor pensar que todo va a salir mal para que acabe saliendo mal, cuando la verdad, y es una gran verdad, es que una luz se ve más en un túnel que en pleno día, por eso, y por mucho más, que diría la canción, soy optimista.
Soy optimista porque trabajo todos los días. Soy optimista porque me rodea lo que más quiero. Soy optimista porque tengo amigos. Soy optimista porque me gusta lo que hago. Soy optimista porque soy capaz de hacer reír, y a veces, hasta llorar. Soy optimista porque sigo soñando con mil cosas por realizar. Soy optimista porque trabajo para serlo. Soy optimista porque me río de mi mismo aunque a veces peque de serio. Soy optimista porque veo crecer todos los días a una niña que nació del amor. Soy optimista porque me niego a ser un pesimista que nada le parece bien. Soy un optimista, pero no soy un tonto, la vida nos podrá poner problemas, hacer el presente más difícil, pero el futuro siempre será el mejor. Soy optimista, aunque confieso que a veces me vengo abajo, y que muchas veces por mi trabajo debe ver más los problemas que las virtudes, pero aún así, soy optimista y nunca me gusta el "ya te lo dije".
Os dejo con alguien que os va a explicar mejor que yo lo que siento, el dueño de los cuentos como parábola de aprendizaje, Jorge Bucay, que en una entrevista en el programa de radio de Juan Ramón Lucas, En días como hoy, habla precisamente del optimismo, merece la pena reflexionar un poco sobre esta visión. El vídeo lo he hecho yo partiendo del audio y hasta salgo yo, a ver si me encontráis, espero que os guste.
Gracias por tu optimismo, la verdad es que se contagia y eso es muy bueno en estos momentos. Es verdad, no somos tontos, hay que trabajar mucho y duro. Sí, y qué?
ResponderEliminarCon toda la gente que tenemos alrededor que nos quiere, que nos apoya, que lucha con nosotros, qué más queremos?
Ánimo a todos que todo es posible si lo deseamos!!
Di que sí Ana, sólo si uno quiere puede, como dice una marca comercial, "nosotros no somos tontos", y puntualizaría, "somos optimistas". Un abrazo.
EliminarHola David.... soy de la opinión que el la visión de las cosas es de cada cual... y estoy convencido que tenemos que buscar otros referentes, obligatoriamente, que no sean el consumo y "tener"... hay que buscar caminos de crecimiento en la entrega, las cosas pequeñas y empezar a mirar muchas cosas maravillosas que no observamos con otra mirada...
ResponderEliminarSomos muy afortunados y vivimos en una sociedad muy cómoda y adenta en el confort, muy blanda, .... este proceso va a servir para darle valor a alas cosas que verdaderamente la tienen...
Soy optimista, todo va a ir bien.
Abrazos
Comparto tu visión Antonio, cierto es que cada uno que vea las cosas como quiera, pero también es verdad que es un poco triste que los que somos optimistas, y te incluyo, tengamos que pedir hasta casi perdón, por serlo.
EliminarTambién soy optimista y todo va a ir bien, lo raro era lo de antes.
Un abrazo.
Como en muchas ocasiones, tienes razón hermano, y aunque haya momentos en los que la oscuridad nos rodea y nos impide saber en que direccion vamos, siempre hay un amigo que nos ayuda a ver la luz.
ResponderEliminarYo también soy optimista, aunque a veces la sin razón de la razón nos haga dudar hasta de lo menos "dudable" :)
Que te voy a contar a ti hermano que no sepas ya, para mi tú siempre serás un ejemplo de optimismo, hasta en los peores momentos.
EliminarUn gran abrazo de oso for you :)
Yo también soy lo soy, claro que sí, porque no hay otra manera de vivir, que con optimismo, con paciencia, con tesón. Sólo quien tiene la certeza de que a pesar de que las cosas no pintan a veces bien, la vida es alegría, y esta llena de grandes y buenos momentos, muchos curiosamente en las pequeñas cosas de cada día...como ésta que hoy nos regalas...y que hasta los que hace tiempo te seguimos, hoy te agradecemos compartas...
ResponderEliminarGracias Chavi por estar ahí, este pequeño momento que me acabas de regalar vale por muchos comentarios malos que uno pueda oír por ahí. Compartir así da gusto. Me has convertido en un poquito más optimista.
EliminarUn abrazo.
yo tambien soy optimista,creo que esta vida merece la pena , aunque haya que sufrir un poco para alcanzar la meta.
ResponderEliminarY tanto, y lo dices tú que sufres más en una bici que un abuelo comiendo un chuletón sin dentadura postiza. Un saludo amigo y aunque les pese a muchos sigamos viendo la vida como nos gusta, con optimismo, como bien dices, la vida merece la pena.
EliminarUn saludo.
Uno de tus mejores autorretratos, David. Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias Raquel, tan importante como lo que yo crea es lo que se perciba, si la realidad es la misma, soy un poco más feliz. Se te quiere. Un beso.
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