Zaragoza es una de esas ciudades, como la mayoría, que guardan pequeños tesoros ocultos a los ojos de cada día, así pasa con la iglesia de San Gil Abad en la calle don Jaime de Zaragoza, una iglesia que data del siglo XIV y que sufrido numerosas reformas en los siglos XVII y XVIII, durante el siglo XX se quedó marginada dentro de la ciudad hasta que una rehabilitación le devolvió su mejor cara, aunque por más que pasemos delante de su puerta muy pocos son los que conocen esta iglesia por dentro.
La iglesia se encuentra con la entrada en la calle don Jaime y linda con la entrada al casco viejo de Zaragoza por la calle Estébanes que nos conduce directamente al "tubo". La iglesia fue creada tras la reconquista de Zaragoza en el año 1.118, en un principio pertenecía al obispo de Jaca-Huesca, ya que Alfonso el Batallador se la dio en pago por la ayuda prestada en la lucha contra los musulmanes.
En 1.145 el obispo de Plasencia la devolvió a la diócesis de Zaragoza. El templo inicial sería románico y muy pronto se quedó pequeño para la ciudad que estaba en constante crecimiento. Con motivo de los preparativos para la guerra de "los dos Pedros" en el 1.356 se data la torre mudéjar del templo, lo que indica que la construcción de la misma es anterior a la fecha. Destaca la decoración en ladrillo con unas bandas en zigzag y cruces de múltiples brazos formando rombos, y dentro de los rombos discos de cerámica. En la actualidad la torre debido a las estrechas calles se encuentra casi disimulada y si no se hace un esfuerzo por elevar la mirada casi se pierde entre su profusa pared de ladrillo.
La torre comienza con base cuadrangular y concluye con una base rectangular tras una solución ingeniosa de arco apuntado estructural apoyado en la iglesia, lo que hace deducir que en un principio era un alminar árabe en los momentos de la dominación musulmana.
En el segundo tercio del siglo XIV comienza una ampliación con una iglesia mudéjar, de planta rectangular, para dotarla de función defensiva, con una cabecera recta, con tres capillas y una nave única con tres tramos abovedados con crucería sencilla. De esta iglesia mudéjar se conservan en la actualidad los dos muros laterales completos con las tribunas de los santos y la torre campanario, todo con ladrillos y la decoración típica del estilo. En al reforma barroca se cambió la orientación del templo para dar entrada al mismo por la calle de San Gil (ahora de don Jaime) y cambió toda la estructura del templo. en 1893 se inicia una reparación general del templo por Fernando de Yarza y Fernández Treviño.
Sobre la entrada principal un cauto San Gil en la fachada barroca. La vida del santo cuenta que siendo de origen griego y muy joven se sintió atraído por la religión de Jesús, donó todos sus bienes entre los más necesitados y a cambio recibió el don de hacer milagros, así calmó tempestades, curó enfermos y provocó hasta una lluvia de rosas. Se le reconoció como el abogado de los pecadores y es representado junto a una cierva que lo alimentaba en su retiro en una cueva cercana al río Rodano con su leche. Esta escultura marca la puerta de entrada desde la calle don Jaime que antes era donde se encontraba el altar.
En la actualidad y a pesar de las reformas sufridas que aportan a la iglesia de un monumento hecho a piezas, se conservan las torres contrafuertes y su espléndida torre mudéjar campanario. En la actualidad se han eliminado las casas adosadas en la fachada de la calle Estébanes.
El retablo principal es anterior a la reforma barroca que se iniciaría en el templo, datada entre 1.719 y 1.725, es el retablo mayor que fue contratado en el año 1.628 por el esamblador Juan Bautista Lufrio. La traza iba firmada por Raimundo Senz y el dorado fue encargado a Juan Galbán en 1.647. El retablo corresponde en sus relieves y esculturas a la corriente romanista y consta de sotobanco, banco y cuerpo de tres calles y dos pisos recorridos por un orden gigante de columnas y rematado en el ático con frontones partidos y elementos de tradición herreriana. El motivo central es San Gil Abad y destacan en los remates las tallas de las virtudes. Es muy curiosa la balconada que pasa por detrás del retablo. En esta iglesia trabajaron muchos artistas que también lo hacían en la Seo de Zaragoza.
En los laterales surgen capillas curiosas, profusamente decoradas y remitiendo a la vida de curiosos santos, en una de ellas está la talla de María Auxiliadora, y es en este templo donde se ubica la primera devoción cofrade a esta virgen en la ciudad de Zaragoza, la talla es del artista valenciano D. Francisco Borja, el mismo escultor que labró la "Venida de la Virgen del Pilar", paso que se venera en la procesión del "Rosario de Cristal" que sale el 13 de octubre desde la Seo de Zaragoza. Dicha imagen resultaba algo pequeña en el altar dedicado a María Auxiliadora en la iglesia de San Gil y creciendo el fervor junto con el número de los archicofrades, se sustituyó por la actual, tallada en las escuelas Salesianas de Sarriá.
En una de las hornacinas podemos ver a San Roque de Montpellier, el santo que recorrió Italia curando a todos los infectados por la peste. Aparece vestido de peregrino y herido en la pierna (normalmente suele ser la pierna izquierda, aunque en este caso es la derecha) y acompañado de Melampo, su perro.
En otra hornacina figura San Juan Bosco, un santo relativamente moderno y devoto de María Auxiliadora, figura que obedece a a la devoción salesiana de esta iglesia.
Otras capillas se abren paso por los laterales, algunas repitiendo temáticas como ésta que es casi exactamente igual a la que está en la parte alta del altar y que también refleja la crucifixión.
Sobre ménsulas se ubican diferentes santos penitentes y anacoretas que se ubican a ambos lados de la planta de la iglesia, las obras son posteriores a la reforma de la iglesia. Los santos que se representan son San Hilarión Abad, Santa María Magdalena, San Babil, San Antonio Abad, San Caprasio, Santa María Egipcíaca y San Macario.
Las figuras fueron colocadas hacia el año 1.745 y son obra del escultor José Ramírez de Arellano, un escultor y arquitecto oscense que en 1.740 había sido nombrado escultor del rey y en 1.758 académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Era hijo del imaginero aragonés Juan Ramírez que realizó en su taller numerosas obras para las iglesias de la ciudad de Zaragoza.
En uno de los rincones y sobre el que se puede apreciar la colorida baldosa de la pared que recuerda a las iglesias portuguesas, y el suelo de tarima de madera, un monaguillo en una escultura muy divertida recoge limosnas para la Virgen de los Desamparados, muy curiosa la figura, podría estar en la decoración de cualquier bar temático de los tipo irlandés.
En otro punto se solicitan limosnas para San Nicolás de Bari y me resulta muy curioso el apóstrofe de "San" por "Sn", no lo había visto nunca.
En uno de los huecos de la iglesia un confesionario de los de antes, de los que conservan su mística y poder oculto, con toda la historia que tendrá detrás parece una cápsula del tiempo.
La salida o entrada de la iglesia es donde originariamente se encontraba el altar, por eso la cúpula se encuentra en esta parte y tiene tanta luminosidad. En la iglesia también destacan pinturas sobre liendzo de fray Manuel Bayeu, un pequeño órgano sobre la entrada principal y las bóvedas de cañón con lunetos que fueron decorados con yeserías barrocas. En esta iglesia fueron parroquianos la familia Goya y un joven Francisco de Goya recibió el sacramento de la confirmación, en sus paredes apenas resuenan los recuerdos de una iglesia que aunque declarada en 1.967 como monumento nacional de interés cultural, se diluye en una ciudad repleta de monumentos.
Fuente: sietepalabras, ayuntamiento, vidasangil y wikipedia
Existe San Gil de Casayo( Valdeorras- Orense)Este Santo está en el Santoral Católico desde el año 1.994. Fue un benedictino venido del Monasterio de Carracedo en El Bierzo (León) al Monasterio de San Martín de Castañeda en Sanabria a restaurar aquel Monasterio y después fue nombrado Abad en el cuatrenio 1.i76-1.180.
ResponderEliminarDespués se retiró a los montes de Casayo a vivir en una cueva eremíticamente, acompañado de una cierva. En la Cueva de San Gil fue levantada la Iglesia que hay hoy, que guardaa los restos de San Gil de Casayo.
En el año 1.740, SS el Papa Benedicto XlV, autorizó la Cofradía de San Gil, que fue autorizada por el Obispo de Astorga el 9-12-1.746(Fol.8r y Fol. 8v).
Muchas gracias por tu información Anselmo, se agradece de verdad y la intentaré ampliar.
EliminarUn saludo.
En la iglesia de San Gil de Casayo, existe un retablo barroco del Siglo XVll y una imagen construida por Anselmo Prada León, el que le ha dedicado a San Gil de Casayo varios libros manuscritos, uno de los cuales se halla en el Monasterio de Osera (Orense).
ResponderEliminarTodos los primeros de mayo va la gente de Casayo al Valle de San Gil, en acción de gracias por los muchos milagros que se atribuyen al Santo.
Desde el año 1.974, se celebra la fiesta de San Gil el primero de septiembre en Chaudaveiga, donde tiene San Gil una hermosa Ermita.
Pasear por el Valle de San Gil en Casayo,es descubrir el lejano cielo que acaricia las montañas de árboles centenarios por donde baja el río de San Gil, saltando entre las peñas desde los altos de Peña Trevienca.
ResponderEliminarEn ese paraiso dormido, es donde está la santidad entretenida con la infinita esperanza que alegra nuestras vidas y donde la felicidad alcanza el fervor encantado para lograr la gloriosa fortuna que despierta el sentimiento y respira el mismo aliento que respiró San Gil en este valle encantador, donde se encontró con el aliento de Dios.
Gracias a la bendición que San Gil a todos nos da, nos sentimos amparados, y al corazón le crecen alas para volar hacia el cercano cielo que allí se puede tocar, sólo con estirar un poco los dedos.