Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo, es la antigua facultad de Medicina y Ciencias de Zaragoza, hoy Paraninfo y Biblioteca de la Universidad, que yo pensaba, que personalmente, jamás había conocido como tal y su con sus nuevos usos universitarios, pero estaba equivocado, de pequeño estuve allí cuando en este edificio se encontraban las también antiguas Clínicas de la Facultad de Medicina.
Entre algunos papeles viejos que tenía por ahí perdidos de la infancia me apareció este recibo que tiene la friolera de 38 años, es de una revisión Dermatológica que me hice a los cinco años en las antiguas Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza por el profesor y dermatólogo Luis de Azúa y Dochao. Desconozco el motivo de mi visita o dolencia que tendré que consultar con mi madre por si lo recuerda, pero a mi mente han aflorado recuerdos vagos de pasillos de tarima y amplios ventanales, con salas de espera de bancos de madera tallados y batas blancas por los pasillos, y yo pegadito a las faldas de mi madre como si fuera un dobladillo más.
Las Clínicas de la Facultad de Medicina se encontraban en el conjunto de edificios, de estilo historicista y basado en los antiguos palacios aragoneses renacentistas, que Ricardo Magdalena construyó en 1895 y también albergaba la Facultad de Medicina y Ciencias y la Sala de Disección de la Universidad de Zaragoza, contaba con una superficie de 13.447 m2 y un presupuesto original de 2.345.121,36 pesetas. En 1905 se añadió al conjunto un edifico anexo como depósito judicial de cadáveres, el Instituto Anatómico Forense, que se inauguró en 1908. Esta facultad de Medicina fue la primera oficialmente reconocida en España y entre sus alumnos contó con el premio nobel Ramón y Cajal.
Allí estuvo desde primeros de siglo, renovándose y adaptándose constantemente a los tiempos cambiantes en la medicinasufriendo barricadas en las calles, una guerra civil y una durísima posguerra que traía a sus consultas problemas de hambruna y parasitismo, otros vendían sus cuerpos para que a su muerte, hicieran con ellos prácticas los alumnos de medicina. En los años 60 sus alrededores comenzaron a cobrar vida y poco a poco las Clínicas de la Facultad de Medicina se integraban en la ciudad
Aquí podemos ver como Francisco Franco autoriza en el BOE el 22 de diciembre de 1964, y bajo el Ministro de Educación Nacional, Manuel Lora Tamayo, las obras de terminación de la reforma y ampliación del edificio de Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza por un importe de treinta y cinco millones ciento setenta mil doscientas treinta y dos pesetas con treinta y ocho céntimos. Eran las últimas obras en un edificio que ya se estaba quedando pequeño y vetusto para la ciudad de Zaragoza.
En el año 1973 la Facultad de Medicina y Ciencias comenzó a trasladarse a sus nuevas instalaciones y sólo en 1983 se trasladó definitivamente al Campus de San Francisco donde se estaba construyendo a la vez el nuevo hospital Clínico.
En octubre de 1974 abría las puertas el Hospital Clínico Universitario, hoy Lozano Blesa en homenaje al Catedrático de Cirugía y también rector de la Universidad de Zaragoza, que fue el gran precursor de este hospital. Así que mi visita en marzo fue una de las últimas que se realizaron ese año en las Clínicas de la Plaza Paraíso, aunque el traslado de las mismas a su nueva ubicación no se concluyó hasta junio de 1975 cuando se fueron incorporando paulatinamente todas las especialidades médicas con su correspondiente dotación de camas y consultas externas. El Hospital Clínico así como las antiguas Clínicas eran propiedad de la Universidad de Zaragoza y todos los profesionales corrían por cargo de la misma, no sería hasta septiembre de 1985 cuando se integraron en la red hospitalaria del Insalud.
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