jueves, 14 de julio de 2011

Un retrovisor desnudo y que ni pintado



A veces cuando te toca ir por la ciudad y miras hacia atrás te encuentras imágenes curiosas, las paredes pintadas se muestran desnudas pero llenas de dibujos, que parece que miran a los coches desde su posición privilegiada con una mirada estática y negra. Cierro y abro los ojos, y como si fuera la viñeta de un cómic permanece en mi reflejo, sólo espero que el coche de delante se mueva un poco para poder ver más.


Es julio, hace calor, hace mucho calor, y tal vez esto, no sea más que un espejismo.

Graffiti: pared del edificio viejo de la fábrica Balay de Zaragoza.

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