viernes, 17 de febrero de 2012

El misterio de las gafas eternamente sucias y las caras grotescas



Mi suegro tiene unas gafas que son especiales, tal vez de superhéroe, de barrio eso sí, pero de superhéroe. En ellas, además de poseer unas varillas de máxima flexibilidad sin ser ambas de un metal domable, tengamos en cuenta que en origen llegaron a ser paralelas y ahora la una mira a Cuenca y la otra parece las escaleras de un centro comercial, además de eso, sus cristales tienen un doble poder totalmente desconocido e ignorado por el resto de los mortales.


El doble poder consiste en adherir a su superficie todo el polvo y roña que se encuentra en suspensión en el aire o en cualquier otro objeto por el que se sienten atraídos los cristales, estos elementos se pegan a las bifocales creando un mundo moteado y rayado único en el mundo. El segundo poder consiste en mostrar las caras reales de la gente, el cristal ayudado por las rayas y motas, y potenciado por el efecto dioptría, consigue sacar de las personas, grotescas o reales imágenes, según se mire, de sus personajes. En la imagen, el dueño de las gafas me observa con incredulidad y animadversión por si intento quitarle sus poderes naturales, aunque sin sus gafas, tal vez no sepa ni lo que mira.


Realicé un experimento allí mismo, y bien es cierto, que a la exposición de luz directa las rayas y motas desaparecen, aunque sin embargo están, como se puede apreciar en el cristal de la derecha, y tal vez esta sea la técnica por la que opta su propietario, ir mirando al sol todo el día, en lugar de a la acera y así no tiene que sacar la molesta guata con la que se pueden limpiar las gafas.


Como no podía ser menos, y más en una cabeza tan dura como la mía, tomo un trozo de mi camiseta, el mejor limpiador para gafas que existe, e intento limpiarlas con el convencimiento de que quedarán como el oro en paño, froto y froto, refroto y refroto, para conseguir lo mismo, tan estratificadas y fosilizadas están las rayas y motas, que me doy cuenta que intentando limpiarlas he creado otras nuevas, desesperado y aturdido observo las gafas por última vez, mientras observo que mi suegro desde su grotesca faz, sonríe sabedor de su triunfo, es lo que tienen los que poseen superpoderes, o mejor dicho, supergafas.

2 comentarios:

  1. Lo mejor de todo es cuando le dices a mi padre que las tiene sucias y te responde "pues límpiamelas". Así que uno opta por no decirle nada porque ya sabes lo que toca.

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