martes, 24 de mayo de 2011

Deseando amar. Pura poesía visual



Una vez más el cine asiático me ha vuelto a deslumbrar, en este caso desde el punto de vista formal, la película es pura poesía visual, repleta de aliteraciones y anáforas visuales, complementada con metáforas de color y vestidos de cuello alto que viajan en una historia de paredes viejas, habitaciones opresivas llenas de amor contenido y olor a tabaco y comida china. Filmada entre versos y colores, con músicas impresionantes que se repiten y repiten como la vida misma en una espiral en la que siempre pasa lo mismo y vuelve a suceder lo mismo. Amor imposible en tiempos del qué dirán, una historia universal, un poema hecho película con la banda sonora de nuestras propias vidas.


La película es de Wong Kar-Wai (Chunking express) del año 2000, de un guión propio y que forma parte de una trilogía, el título original  "Fa yeung nin wa" se podría traducir como La magnificencia de los años pasa como las flores, título que recoge mucho mejor la esencia de la película, una historia propia de un culebrón que es una anti-culebrón. en el que no hay un solo sentimiento desbordado, todo está contenido y medido como en la poesía y sólo el formalismo y los juegos visuales y auditivos rellenan los huecos que en la historia ni se mencionan, ni se ven. Utiliza muchas veces la repetición en la película para volver sobre lo mismo, escenas que ya las has vivido pero con cambios de diálogo en los personajes o simplemente con cambios de vestido que nos sitúan en la misma escena pero en distintos periodos de tiempo. Con la música hace lo mismo, pero con un lirismo fuera de lo normal. La comida, el tabaco, la lluvia se convierten en los elementos rutinarios que ayudan a conducir una historia que parece breve en lo cotidiano del largo tiempo. En momentos me parecía encontrar con la versión asiática de la latina de Almodóvar únicamente desde el punto de vista estético, planos cuidados, la importancia del color y de dónde está cada cosa en el plano, los puntos de vista inquietantes, cortinas que bailan en lugar de moverse y una música omnipresente que aumenta el significante de lo que estamos viendo; eso sí, salvando muchas distancias en guión y pasión, que uno desborda y el otro contiene en un frasco diminuto de aroma eterno.


La película la aguantan principalmente los protagonistas, ella, Maggie Cheung irradiante de belleza desde el primer plano, siempre con sus vestidos japoneses de cuello alto y sin mangas ceñidos a un cuerpo en el que definen formas y se convierten en el pincel que da color a cada uno de los planos, multitud de vestidos en toda la película, se convierte en un ejercicio intentar seguirlos. Su mirada lánguida contiene lo que su boca no puede decir en una aparente fortaleza exterior condicionada por las opiniones de los demás. Él, Tony Leung Chiu Wai, que al igual que ella enamora desde el primer plano, siempre impecable con su peinado a raya y sus trajes con corbata, caballero y respetuoso, pero un punto más valiente que ella, capaz de romper y salir de un círculo contra el que no lucha, prefiriendo salirse de él.


La historia se ubica en el Hong Kong de los años sesenta, dos personas se mudan a un mismo edificio en una zona antigua de la ciudad, dos puertas que apenas las separa un metro conducen a dos mundos muy distintos pero que convergen. Chow es redactor jefe en un periódico local y casi nunca coincide con el horario de su mujer, Li-zhen es la joven mujer de un esposo que trabaja en exportación y que casi nunca está con ella por estar siempre de viaje, ella es secretaria. La soledad en que viven los dos les hace estar cada vez más tiempo juntos, y mientras intuyen individualmente que sus parejas puedan tener otras parejas, coinciden en soñar y ayudar a escribir una novela a Chow que es la que le ayuda a escapar del mundo en el que se encuentra. Al final poco a poco y por repetición se van enamorando descubriendo, aunque sin importarles, que sus parejas les están traicionando.


La música es fundamental en la película, "Yumeji's theme" de Shigeru Umebayashi impresionante y Nat King Cole cantando en español cantando "Aquellos ojos verdes" y "Quizás, quizás, quizás", crean una atmósfera envolvente que convierten a algunas escenas en un puro videoclip. No os perdáis estos vídeos:



Aquí os dejo el trailer de la película:

6 comentarios:

  1. Esta peli la vi yo hace un par de años, y me gustó mucho aunque no conseguí entenderla bien. Tienes razón en destacar la belleza que destaca en entornos oprimentes: pasillos muy estrechos y oscuros, rezumantes de grasa y humedad, apartamentos superpoblados, la mala iluminación de algunos lugares, la estrechez de otros, el sudor y el calor... destacan esos vestidos, esos colores, la belleza de los protagonistas...
    Entre otras cosas extraordinarias está la falta de guión: los actores tuvieron que ingeniárselas sin guión que seguir, solo con las indicaciones del director.
    Ahí queda eso.

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  2. Gracias Raquel por compartir mi opinión, no sabía la falta de guión, pero si cabe hace la película todavía más fresca y en esa atmósfera prefabricada que relatas, los personajes ciertamente hablan normal, sin grandes diálogos, como hablamos la gente de la calle.
    Buena elección.

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  3. No es una película al uso, por supuesto muy alejada de las norteamericanas pero con una calidez (dentro de una atmósfera claustrofóbica), no sé, que te envuelve.
    Curiosa

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  4. La banda sonora buenísima, la escuché de nuevo en el Forum de Barcelona, en una de las actuaciones.

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    Respuestas
    1. Cierto, la película se sostiene en un alto nivel gracias a las imágenes y la música, envidia me das con la actuación en el Forum. Un saludo.

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