En mi camino de todos los días con mi bici, de ida y vuelta al trabajo, me encuentro siempre con esta imagen en los pilares de uno de nuestros puentes, con todos los focos destrozados a pedradas, una imagen que me repugna por dentro ante semejante salvajada gratuita.
Las piedras como muestra de la heroicidad, descansan todavía en el suelo, en clara demostración de que se puede ser ignorante, inconsciente y estúpido a la vez, sin ningún tipo de problemas. Por la noche esos focos tenían la función de alumbrar una zona muy oscura, ahora es permanentemente oscura.
Y no sólo han destrozado los de un lado, también se han preocupado por romper los del otro lado, elogiándose unos a otros por su puntería y acierto ante unos focos atados a una pared y sin posibilidad de defenderse, se me ocurren a vote pronto unos cuantos sitios sobre los que podrían probar su afinada puntería.
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