Y así pasó un viernes del pasado abril, y que ahora, pasado el tiempo, más de cinco meses para casi seis, me creo capaz de contar. Teníamos que entregar un buen trabajo que habíamos preparado en una Entidad financiera de las más importantes de nuestra ciudad, así que no se le ocurrió otra cosa a Raúl que ponerse la barba postiza que tenemos por la oficina, que ya nos sirvió para el combate pirata de los Lacasitos, y tunearse con las pintas que veis. Con el pelo más largo y rizado le daba un look más tipo Robinson Crusoe o Dostoievski, un cruce entre Raúl Laden y Karl Marx, unas pintas verdaderamente inclasificables. Y al grito de "a qué no" se quedó con este aspecto y dispuesto a no quitársela.
Y no se le ocurrió otra cosa que ir así a la presentación, y yo de combidado de piedra esperando dormir esa noche en la cárcel de alguna comisaría. Y fue, vaya que si fue, ya el entrar por la puerta con el guarda de seguridad fue un mundo, se le quedó parado y mirando atónito, pero Raúl entró con tal determinación que se quedó rascando los ojos dudando de si era verdad lo que había visto o era mentira. Luego para subir a oficinas hay que pasar por una recepción donde te toman sus datos, estaba una chica al ordenador y un armario de guarda de seguridad más tieso que un palo. La chica le pidió los datos a Raúl y como es habitual, ni levantaba la mirada de su silla, cuando le pidió más datos, de repente le miró, y por un momento su mirada se paralizó, se paró como un disco duro unos segundos y luego continuó con su ordenador mientras nos daba los pases, mientras, el guarda de seguridad miraba a Raúl y lo radiografiaba perplejo, sin capacidad de reacción, y sin saber bien como lo conseguimos pasamos el control y esta foto lo demuestra.
Incluso YO cuando llegué a la oficina y reflexioné sobre lo acaecido, fui consciente de la insensatez de mi acción, pero la cruda realidad es, que es mucho más insensato navegar por este sociedad donde la locura, la desazón, el hastío, la seriedad y los "malfollados" están instaudados.
ResponderEliminarVIVA LA SONRISA, LA RISA, LA CARCAJADA EN EL DÍA A DÍA.
El buen humor, nunca debe ir alejado de la profesionalidad porque cuanto más te ries y más hacer reir, mejor persona eres, lo que te ayuda a ser féliz y realizar mucho mejor tu trabajo.
No tengo palabras cabrones..... aplauso, y vuelta al ruedo.... me parto el pecho.... tuvísteis suerte que nuestro Policeman (excomisario) estaría en otros quehaceres porque sino, os garantizo, Raúl Landen aún está en prisión, jajajajaja..... abrazos
ResponderEliminarMe tenéis en: www.antoniosaz.blogspot.com
Lo suscribo, amigo.
ResponderEliminarGracias Antonio, como para no partirse con semejante prodigio de la naturaleza.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Sobre la risa, la sonrisa, la carcajada, habría mucho que hablar... yo tengo la suerte de tener un buen equipo de colaboradores en el trabajo, amigos, y de vez en cuando las carcajadas y las risas rompen el ambiente.... la primera reacción del resto siempre es la misma....mirada inquisitorial: "a trabajar" jajajaja, no es tanto pero si es verdad que sobra tensión improductiva y faltan risas, relax y ropa cómoda...
ResponderEliminarvivimos en una ciudad provinciana y mediocre, no pidamos peras al olmo, pero igual es responsabilidad nuestra que sea un poco más divertida.... no perdamos el humor queridos.
La sonrisa es el mejor narcótico para lo que se ve cada día, cómo para perder el humor, el humor es imperdible y fundamentalmente retroalimentable.
ResponderEliminarTe aseguro Antonio, que no lo perderemos.
JAJAJAJAJAJAJA.
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