Eso es todo lo que necesitaba cuando era pequeño para divertirme como un enano, que era lo que era. Sobre la mesa se desplegaban todos los lapiceros extraídos del estuche triangular de plástico roído en las esquinas, buscaba mi mejor lapicero, el que ya se iba quedando pequeño frente a los otros de tanto usarlo, volvía a sacarle punta, con mucho cuidado de no romperla, que era lo que siempre pasaba, justo en el momento que estaba perfecta, se acababa rompiendo por su base, un soplido y los restos del sacapuntas al suelo, para luego llevarme la bronca de mi madre. Apostaba a un lateral el trozo que me quedaba de la mejor goma de Milán, que había procurado limpiar de los restos le lapicero del día anterior, agitando con energía la goma sobre un papel que acababa arrugando, soplido y los restos del borrado y goma al suelo, para ganarme un poquito más la bronca que vendría después por tan poco cuidado por la limpieza, pero es que ardía en deseos de empezar a dibujar y cualquier pérdida de tiempo era un dolor.
Ya una vez que estaba todo preparado rebuscaba entre las láminas de Emilio Freixas y me ponía a dibujar y a aprender las proporciones, el trazo del lapicero o cómo marcar las líneas. El otro día, mientras rebuscaba entre mis papelajos viejos, aparecieron perdidas, pero acompañadas estas láminas de Freixas, de repente llegaron a mi mente estos recuerdos y olores a papel que tantas horas ocuparon en mi vida.
Recuerdo que rebuscaba en las librerías, en la General, la Central, la Técnica o en cualquiera que se cruzara por mi camino, miraba y remiraba entre sus papeles viejos y aquel olor a tabaco y humedad, algunas láminas que no hubiera visto todavía.
Emilio Freixas Aranguren ha sido reconocido como el mejor dibujante español en la historieta del siglo XX, de la que fue pionero. Nació en Barcelona en 1899 y fue alumno del pintor Emilio Casals, continuando su aprendizaje en el taller de escenografía de Bulbena y Girbal, aunque ya desde los 15 años dibujó carteles, viñetas publicitarias, historietas, tarjetas postales, cubiertas de libros, revistas y otras ilustraciones. Sus hijos aún le recuerdan sentado en un banco de Montjuich dibujando con los papeles sobre las rodillas y los lápices desparramados, mientras ellos, Carlos (el mayor y también posterior dibujante), Margarita, María y Emilio jugaban revoloteando a su alrededor.
En la década de los años 20 ilustró artículos y cubiertas en las revistas El Hogar y la Moda, y en Lecturas, al mismo tiempo que en la Editorial Molino ilustraba cuentos clásicos. En 1935 publicó en Mickey y Pocholo. Convirtió vulgares guiones en obras de arte, con maravillosas viñetas en las que se admira la elegancia de su trazo cursivo y poético, capaz de introducirnos mágicamente en los variados ambientes y géneros de la historieta, de la que fue maestro. Distribuía las viñetas en la plancha de forma dinámica, conjuntada y magistral. Empleó el color para destacar los planos y personajes.
Famosas son sus ilustraciones en portadas y páginas inferiores de esas publicaciones, las mejores de Chicos. Figura entre los más selectos ilustradores mundiales de cuentos clásicos. Avaló con su firma numerosas colecciones de novela popular y clásica. Su firma sufrió los avatares de los tiempos y en ocasiones firmaba como Emilio Aranguren o simplemente Emilio.
Fue autor del método "Freixas", en el que abordan ampliamente todas sus facetas, continuado por su hijo Carlos. Fue premiado con numerosas distinciones, entre ellas: Mejor dibujante por la National Cartoonist Society de Nueva York en 1947; mejor dibujante en el Congreso Internacional de Cómics de Nueva York en 1952; mejor dibujante en la Convención Internacional del Cómic en 1972; premio al ilustrador Emilio Freixas maestro de la historieta en 1972, por la National Cartoonist Society de Lucca, Italia; invitado de honor y Presidente de honoer de la Asociación de dibujantes de historietas e ilustración en 1973. En 1976 se le hizo un homenaje póstumo en el Congreso Internacional de Gijón, y en 1999 se celebró una exposición en conmemoración de los 100 años de su nacimiento.
Fuente biográfica: www.freixas.es
Hola! Y estos cuadernos se siguen vendiendo??? En Abacus ni sabían lo que era!
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