Los políticos y la ínsula Barataria

Es lo malo que tiene guardarlo todo, de repente abro un libro y me encuentro esta fenomenal imagen virtual que proponía Belloch en una de las elecciones pasadas que ganaron, subidos de ínfulas y arrogancia planteaban la ínsula Barataria en el río Ebro, todo un paraíso con barquitos, barcas y anfiteatros que llenaban nuestros ojos de incredulidad y perplejidad. Cual Sanchos caímos en manos de políticos ociosos y desalmados, me da igual el color y las siglas, pues todos han hecho lo mismo, nos pusieron la zanahoria, con carteras repletas de dineros ajenos, dispuestos a gastar lo que hiciera falta para luego subirnos los impuestos, bienvenidos a las ciudades del futuro.

No me entendáis mal, me gusta que las ciudades mejoren, que avancen, pero no me gusta que su crecimiento parta de lo que algunos ven en unos sitios, les gusta y lo quieren copiar para su ciudad, sin pensar en si es lo mejor para sus ciudadanos o no, que siempre no lo es. Muy pocas veces los políticos se paran a pensar el aprovechamiento diferencial de una ciudad, es mucho más fácil copiar lo que hacen el resto. Y lo mejor de todo que Belloch prometía impulsar este proyecto si salía elegido alcalde de Zaragoza, lo fue y lo ha sido hasta por tres veces, y yo sigo sin ver el agua del Ebro azul, y ni el anfiteatro ni los yates rodean el puente de piedra, su ínsula de Barataria sólo sirve para conseguir ganar, lo demás no importa.