Quiero en dos post transmitir mi visión del arte actual, y lo quiero hacer reconociendo la figura de dos artistas españoles, Santiago Sierra y Jaume Plensa. Hoy comenzamos con Santiago Sierra y si de alguna forma lo podemos definir es como transgresor, es una artista inconformista y reaccionario que consigue llevar sus propuestas artísticas con una gran capacidad vendedora de proyectos imposibles. En 1998 cortó una importante vía de México DF en hora punta sin avisar, en el 2003 tapió la puerta del Pabellón de España en la Bienal de Venecia y no permitía la entrada a nadie que no fuera español, y en el 2006 llenó una sinagoga desacralizada de gases tóxicos. Puras provocaciones que nos pueden llevar a reflexionar, pero en mi gusto personal a no disfrutar de nada artístico.
Santiago Sierra nunca deja indiferente, para bien o para mal, urga entre lo ético y lo políticamente correcto, para él el arte no es belleza, es una herramienta de denuncia, y para ello muchas veces utiliza los mismos elementos que denuncia para intentar conseguir un logro mayor. Si entendemos el arte como denuncia no habría libros de arte para juntar a todos los artistas que nos hemos perdido.
Gran parte de su obra se centra en performances y montajes -en la mayoría de los casos efímeros-, entre los que se encuentra tatuar a unas prostitutas por una dosis de heroína, excavó fosas con emigrantes remunerados en Cádiz por el tema de las pateras.
Una de sus obras más controvertidas es la que os he comentado antes del Pabellón de España en la Bienal de Venecia, el gobierno español -entonces el PP de Aznar- le encargó la obra a Santiago Sierra ya que querían que fuera un pabellón rompedor y de alta modernidad, para vender un país abierto y muy moderno, pero les salió el tiro por la culata, Santiago lo primero que hizo fue tapiar la entrada principal y el letrero que marcaba Pabellón de España, de tal forma que la gente lo rodeaba hasta dar con una entrada trasera en la que se encontraba un guarda jurado, éste sólo permitía la entrada a aquellos que tenían el carné español, en clara crítica a la ley de inmigración del PP que no permitía la entrada a los sin papeles. De esta forma no pudo entrar ninguna autoridad al recinto si no era español -levantó un montón de polémica-, pero cuando se entraba no se encontraba más que los escombros y una artista con un capirote de Goya en una esquina en simbolismo del perdido imperio.
Recientemente, el pasado 5 de noviembre, el Ministerio de Cultura anunció el nombre del nuevo galardonado con el Premio de las Artes Plásticas 2010, y no era otro que Santiago Sierra, y 24 horas después enviaba una carta personal a la Ministra de Cultura Ángeles González-Sinde en la que rechazaba el galardón. Es la carta que os reproduzco y en la que un mercenario como él al servicio del anti-todo se niega a ser un mercenario del arte.
La reflexión de por sí ya es parte del arte, pero también la contemplación. Provocaciones veo todos los días, en la calle, en la tele, en el trabajo, y no siento arte en todas estas acciones. Me quedo con lo bueno de su arte y de la forma tan hábil que tiene de venderse, por que no olvidemos que cobra y cobra mucho por sus obras.
Os dejo con algunos vídeos de sus obras:
sin comentarios. J.M. El barbastrense oscense, que no osceno.
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