Un día de verano Josema sintió un dolor más fuerte de lo normal, un dolor que nacía de las vértebras y le provocaba un dolor insoportable en el cuello, "será una contractura", pensó, los días pasaban y Josema que no es amigo de aguantar dolores, se quejaba con razón. Pruebas y más pruebas, masajes erróneos entre Huesca y Zaragoza y mucha confusión. El día a día se vivía con el fuerte dolor que casi ni le dejaba conducir, finalmente, el otro día le dijeron que le tenían que operar de una contractura (o algo así, nunca fui ducho con la medicina), en las vértebras, y que la única cura era la cirugía, a Josema se le vino el mundo encima, a quién no, por su mente pasaron su familia, el futuro y tantas cosas, no entendía como le había cambiado la vida desde el verano, en un segundo, en el segundo que empezó ese dolor, se veía en lo peor, y no lo podía evitar, pero eso es lo que hay…
Pero también hay muchas más cosas, una operación no es más que eso, igual que una enfermedad, una oportunidad de curarse, sé que hay operaciones que asustan, pero eso no soluciona nada, si hay que hacerlas hay que hacerlas. La vida nos pone a prueba, y nosotros debemos de estar, por lo menos, a su altura. La vida se vertebra en un segundo. Ánimo Josema, sabes que desde aquí te mando la mejor de mis energías en todo momento, para que pronto podamos repetir volver a ver el mar de Asturias juntos.
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