Mientras una noche negra todavía arrastra lo que el día no se lleva, mientras mi mente asienta montones de ideas en bruto, peregrinas y temerarias, mientras mi ropa todavía es camuflaje de la noche y mi cara nota el frío que se corta a navaja húmeda, mientras intento no pensar, y mi corazón me engaña, mientras sueño despierto, mientras hablo sin voz no me he dado cuenta y los primeros tonos del horizonte, apuntan lo que viene, me paro, y me quedo a contemplarlo, me gusta, recorro mi pelo con mi mano una y otra vez, restregando mi frente de paso, por segundos el río comienza a aparecer, y las nubes estaban allí aunque no las veía, estaban y no las veía, los demonios empiezan a huir y todo se ve más claro, el día llega y aunque mi ropa continua negra y nada habrá cambiado, me doy cuenta de la llegada de lo nuevo, que quejarme de algo es faltar a la verdad y que recuperar la sonrisa sólo precisa de un segundo, un montón de horas para dudarlo y apenas un minuto para ver con claridad la realidad. Amanece y con eso me basta.
Y es que hoy amanece por ti, como dice la poesía de Doctor Deseo:
Es verdad, no nos damos cuenta pero ver llegar un nuevo día es muy grande.
ResponderEliminarComo grande eres tú en mi vida.
Te quiero.
Gracias guapa, va de vuelta todo mi cariño.
ResponderEliminarTe quiero.